A veces, cuando necesito gritar y no puedo, escribo poesía.
Cuando un secreto me quema entre los dientes, escribo poesía.
Cuando las certezas se vuelven débiles, entonces la poesía se convierte en una especie de columna vertebral que me salva de andar reptando como si en los hoyos se hallara la esperanza.
Cuando debo explicarle al corazón por qué tacto y distancia se quedarán siempre atorados entre los nudillos, escribo poesía.
Cuando la lengua ordinaria se agota en sonidos que puedan descifrar lo que se siente, escribo poesía.
Cuando insisto en mi obstinado afán de hablarle a lo prohibido, descubro en la poesía el modo de encriptar el secreto que sólo el desobillador de versos sabrá desvelar.
Pero a veces, cuando me urge besarte y no debo, yo soy la poesía.Relaciones con Amor: La más importante es contigo PROCESOS On Line http://gabrielacollado.webs.com