Numismática y monedas de Oro raras: un mercado sin fe, ni ley?

Publicado el 28 octubre 2011 por Lingoro

Piezas de Oro Numismaticas

El oficio de los numismáticos ha evolucionado en los últimos 30 años.  Los amantes de las hermosas monedas de oro raras han sido reemplazados poco a poco por los inversores aficionados.

Pierre-Yves Lathoumetie en “Anverso y Reverso de la Numismática (1973)”, distingue al coleccionista <humanista>, del especulador.

El primero puede efectuar algunas inversiones honradas entregándose a su pasión por las monedas raras o peculiares de Oro, plata o bronce.  El segundo en cambio, estará condenado al fracaso sino aprecia el verdadero valor histórico de las monedas.

Por qué consultar a un numismático?

Tanto el uno como el otro tienen la necesidad de consultar a un experto: el numismático, que podrá también guiarlos sobre el precio e historia de una moneda de Oro, bronce o plata.  Consultar a un numismático y tener confianza en el no condiciona ni al coleccionista, ni al especulador para comparar precios y de informarse por otro lado.

A groso modo, esto es básicamente lo que les espera a aquellas personas que desean iniciarse en el mundo de la numismática.  Expertos y neófitos corren el riesgo de estar un poco desorientados dentro de un mercado que ha cambiado en 30 años y que contiene muchas fluctuaciones e incertidumbres.

Un mercado sin reglas

Hace falta saber, que ninguna regla rige el mercado de las monedas raras.  El precio de una pieza puede variar al extremo en la misma categoría, de un país a otro, en función de la demanda: no existe un precio fijo.  Dos monedas idénticas pueden tener dos cotizaciones diferentes en el mismo expositor.  Todo esto nos indica hasta qué punto el mercado de las monedas con una rareza elevada, carece de unidad, contrario al de los lingotes o el de las monedas  de inversión, que poseen una estructura y una organización.  Estos cambios por supuesto, influyen sobre la profesión del numismático.

Numismática: las derivaciones del mercado del Arte

Después de 30 años, asistimos a una especie de negociación entre compradores y vendedores donde cualquier precio puede ser posible, dentro de un rango elevado.  También estamos en presencia de un mercado extremadamente sensible donde el menor acontecimiento puede disparar el precio de ciertas monedas: venta pública, descubrimiento arqueológico.

De coleccionista, el numismático se hizo especulador, la mayoría de las veces ignoraba todo el pasado de las monedas, del arte, de la arqueología.

Las consecuencias son diversas

-Las monedas <perfectas>, son buscadas por la prima , y porque las deterioradas o dañadas pierden su encanto.  Se pueden presenciar casos en los cuales, algunas piezas rarísimas son vendidas a precio regalado y otras más comunes son vendidas a precio de oro porque están intactas.

-Los inversores se arrojan sobre las monedas de Oro fáciles de reconocer (piezas recientes, del siglo XIX y XX), cuyo curso sube rápidamente, en detrimento de piezas más raras que no tienen la acogida del público.

-El precio de una moneda puede variar de un país a otro ya que la demanda no es la misma, (generalmente las piezas <nacionales>, son más privilegiadas en su propio país).

En conclusión, el mercado de las monedas raras  no tiene nada que ver con el de las monedas comunes reservadas para la inversión. Pero como las obras de arte y los buenos vinos, son las monedas verdaderamente raras las que constituyen una verdadera colocación a largo plazo, porque una pieza rara le queda “larga vida”, y jamás se deprecia.

Fuente: L’Or, Eric Chanel

Traducido del Blog: L’Or et L’Argent

Por: Lizette Paternina