Nunca antes como ahora estuve tan agradecida de haber vivido lo vivido. Nunca jamás tan segura de que todo fue "malo" y "bueno" a la vez.
Nunca tan diáfano tuve que lo que en mí he descubierto en otras personas tambien sucede.
Nunca en otro momento sentí, de este modo, que habitamos la vida de cualquier otro, y que cualquier otro ser en nosotros la suya experimenta; que somos pedacitos de lo juzgado y también de lo admirado, porque todo lo que pueda ser "visto" en algún lugar -dentro- ya estaba.
Nunca como en este instante, que no solo yo ni solo tú, ni tan bien ni tan mal, sino tú en mí y yo en ti, y que lo que parece estar-mal en bien-estar se puede tornar.