Nunca antes en España resultó tan positivo castigar a los grandes partidos en las urnas

Publicado el 15 noviembre 2011 por Franky
El Voto en Blanco y el PP, que ganará el poder, se perfilan como los grandes protagonistas en las elecciones del 20 de noviembre de 2011, presididas por la tristeza, la decepción, el desempleo masivo, el avance de la pobreza y el fracaso de los dirigentes políticos. El movimiento de repudio al Senado, una institución superflua, costosa e inútil, crece de día en día y se plasmará en una marea de votos en blanco. Otros muchos demócratas elegirán a "Escaños en Blanco", un partido crítico y decente que propone dejar vacíos los escaños que consiga como muestra de protesta y rechazo al sistema injusto y antidemocrático dominante en España. --- La aparición de "Escaños en Blanco", un no-partido que propone dejar vacíos los escaños que consiga, en señal de repudio al corrompido e ineficaz sistema política español constituye una hermosa y atractiva novedad para los demócratas españoles que se nieguen a votar a los grandes partidos políticos, que han demostrado con creces su lejanía de la democracia y graves inclinaciones hacia la corrupción, el abuso de poder y la violación de la democracia.

Por otra parte, el convencimiento generalizado de que la Administración y el aparato del Estado deben adelgazar con urgencia ha llevado a los ciudadanos a cuestionar el Senado, un órgano inútil y costoso, convertido en aparcamiento para políticos amortizados, que conviene eliminar, enterrándolo bajo una lluvia de votos en blanco, convierte a ese voto de castigo en atractivo e ilusionante para millones de demócratas españoles, que, repudiando al Senado ante las urnas, quieren lanzar también a la clase política una seria advertencia, recordándoles que son los ciudadanos y no las élites gobernantes las que poseen la soberanía y el poder en democracia.

España está inmersa en una terrible contradicción porque, aterrorizados ante la crudeza de la crisis económica, cuando más necesita un liderazgo fuerte que despierte ilusión y confianza, los ciudadanos se disponen a entregar la victoria electoral y el poder al PP, un partido que ha demostrado de manera clara, en Valencia, Baleares y otras autonomías donde ha gobernado, un comportamiento parecido al PSOE en corrupción, apego a la partitocracia, desprecio a la democracia real, alejamiento del ciudadano, despilfarro, afición al endeudamiento y apego a los privilegios y ventajas de la casta dominante.

El PP alcanzará el poder, con una cómoda mayoría absoluta, gracias a la labor de Zapatero y su gobierno, que han desahuciado a la izquierda y han convertido a la derecha española en la única opción posible para intentar salir de la ruina y de la derrota. La victoria de la derecha, que debía concitar ilusión y esperanza, será considerada como un mal menor para millones de españoles, obligados por el pésimo gobierno de Zapatero y de su cómplice Rubalcaba a recurrir al indolente y plano liderazgo de Rajoy como solución de la crisis.

Pero, en unas elecciones marcadas por la desilusión y el desprecio a una clase gobernante que no ha sabido cumplir con su deber y ha conducido a España hacia su ruina económica y moral, muchos ciudadanos optarán por cuestionar el mismo sistema, convencidos de que, sin una reforma profunda que regenere la democracia, cualquier cambio será inútil y frustrante.

Es ahí donde entran en escena las "otras opciones", desde el voto en blanco a la abstención activa, sin olvidar el voto a partidos pequeños cuyos programas incorporen la crítica profunda al sistema y la voluntad de regenerarlo.

Escaños en blanco, que ya ha conseguido dejar vacíos escaños logrados en gobiernos municipales, en las pasadas elecciones, se presenta como una novedosa e ilusionante forma de cuestionar al sistema y a la clase política en general. El voto a Escaños en Blanco no puede ser interpretado de manera engañosa por el poder, como hace con la abstención, el voto nulo y hasta el voto en blanco. El voto a Escaños en Blanco es un desafío a la casta política, una bofetada al sistema en pleno rostro, propinada por ciudadanos cansados de padecer mentiras, engaños, injusticia, arrogancia e ineptitud.