Danny Collins (Dan Fogelman, 2014. EEUU): las escenas que comparten Al Pacino y Christopher Plummer, dos mastodontes de la interpretación los cuales, cabe recordar, ya compartieron pantalla en la tremenda El dilema (The insider, Michael Mann, 1999) y que transmiten innumerables sensaciones sin apenas esforzarse en actuar, son lo mejor de este anodino relato dramático, con amagos de comedia visualmente suave y que nunca se materializa en algo de, al menos, relativa importancia, construido sobre el tema del ocaso de la fama, así como de la propia existencia. Un cantante de gran éxito en los 70 sigue viviendo de las rentas, además de permanentemente colocado. Pero en su fiesta de cumpleaños y tras alguna que otra revelación importante, decidirá intentar- al menos- encauzar su vida, acercándose a un hijo que nunca conoció (Bobby Cannavale) e intentando una relación con alguien de su edad (Annette Bening), harto de la pasta fácil que buscan las mujeres a las cuales dobla la edad. Para ver una vez.
Danny Collins (Dan Fogelman, 2014. EEUU): las escenas que comparten Al Pacino y Christopher Plummer, dos mastodontes de la interpretación los cuales, cabe recordar, ya compartieron pantalla en la tremenda El dilema (The insider, Michael Mann, 1999) y que transmiten innumerables sensaciones sin apenas esforzarse en actuar, son lo mejor de este anodino relato dramático, con amagos de comedia visualmente suave y que nunca se materializa en algo de, al menos, relativa importancia, construido sobre el tema del ocaso de la fama, así como de la propia existencia. Un cantante de gran éxito en los 70 sigue viviendo de las rentas, además de permanentemente colocado. Pero en su fiesta de cumpleaños y tras alguna que otra revelación importante, decidirá intentar- al menos- encauzar su vida, acercándose a un hijo que nunca conoció (Bobby Cannavale) e intentando una relación con alguien de su edad (Annette Bening), harto de la pasta fácil que buscan las mujeres a las cuales dobla la edad. Para ver una vez.