Nunca es tarde si la dicha es buena
Casi me salto el post del viernes, no porque sea un día en el que la gente normal se relaja sino porque los que van hasta el cuello de trabajo es cuando han de entregar los proyectos y van con las nalgas al aire. Aunque reflexionando, quizás sea por eso que me estoy constipando.
Las fechas límite es lo que provocan en los seres humanos, nervios, perdida de paciencia, salidas de tono y la sensación de que el tiempo corre más rápido sólo para hacerte más miserable. Dios, en toda su inmensa sabiduría, diseño el universo para que ese proyecto en el que trabajos, y que específicamente tu, seas el que te comas todos los marrones para que sufras porque ya antes de que existieras, Él, en su infinita sabiduría, te había cogido una manía terrible. Y si hemos tenido jefes crueles y malvados, imaginaros a uno que sea omnipresente y todo poderoso -no os quiero contar el castigo que le impuso a su hijo por llegar más tarde de las once de la noche a casa-
Ahora que me estoy releyendo, la verdad es que este post es casi de todo menos relacionado con la empresa y, si me dejais ser honesto y sino me da igual, que para eso es mi blog y pago de mi bolsillo el hosting, no estoy por la labor de hablar de temas de management, marketing o recursos humanos. Es viernes por la tarde, he salido vivo y estoy tan ricamente tomándome un café en la terraza de un bar esperando que a que salgan mis hijos del colegio.
Creo que voy a dejarme llevar, porque básicamente me he pasado todo el día preparando un copy para una presentación y tengo mi intelecto bastante torturado de buscar frases que tengan fuerza, verbos, sinónimos y metáforas, ahora me apetece escribir sin tener que pensar que es mejor, usar el imperativo o el infinitivo, o usamos al primera persona del singular o nos decantamos por el estilo mayestático.
Así que bajo una sombrilla, con un café y un viento que se me tira a la cara la ceniza de la mesa de al lado será el contexto en el que se desarrolla el post. Un post que no te aportará nada, a no ser que me conozcas y te hagas una idea del lugar en el que estoy y te de la risa tonta. Desde un punto de vista de management y teniendo en cuenta que puedo llegar a conocer personalmente -eso a lo que se llama amigo- a unas cuatro personas, el tamaño de mi mercado respecto al total de población mundial es un cero coma cero cero cero cero uno por ciento. Realmente demasiado pequeño para intentar escribir un post para ellos, pero demasiado grande a nivel de recurso humano como para no valorar el tenerlos alrededor cuando realmente los necesitas.
Y con la tontería creo que estoy llegando a las quinientas palabras, lo necesario para que Google indexe este post con más cariño, aunque no tenga ni la más remota idea de que es sólo una forma de cumplimentar el homenaje a mi hermano en forma de escribir un post al día -de lunes a viernes, no nos emocionemos- y que sentado en esta terraza me he acordado de esas cuatro personas a los que puedo llamar amigo, ni contacto, ni follower, sino simplemente amigos.
Película: Peggy Sue Got Married
- Bio
- Google+