Nunca hables con extraños...II

Por Mamaenalemania

De Becker mismo le quita bastante importancia a este tema porque las posibilidades de que ocurra son ínfimas, pero como es la preocupación principal de todo el mundo, le dedica un capítulo: El secuestro de un niño por un depredador sexual.


Cuando alguien quiere secuestrar a un niño con sus padres delante, el objetivo principal del depredador son estos últimos. Necesita controlarles a ellos para que le confíen al niño o bajen la guardia. Por eso mismo, los métodos son los mismos que usaría un depredador sexual cuyo objetivo es una mujer adulta.


Hay dos tipos de depredador, el power-predator y el persuasion-predator. El más peligroso es el segundo porque al primero le ves venir. Bueno, de Becker afirma que al segundo también, pero como son unos cobardes manipuladores, pues tardan más en sacar los dientes.


Como su propio nombre indica, estos depredadores necesitan la cooperación de sus víctimas (o de sus padres) para que se conviertan en eso, víctimas, así que irá buscando a alguien vulnerable, probando así discretamente si va a ser fácil…etc. Pero se puede detectar. Como en todo acontecimiento, siempre hay indicadores previos de lo que va a ocurrir y el método de estos depredadores es siempre el mismo (aunque se adaptará a las situaciones y al tipo de víctima, los pasos manipulativos son siempre iguales):


- Forced teaming. O sea, meterse en el mismo saco que tú… Usar el “nosotros” sin venir a cuento, en plan tenemos-algo-en-común-confía-en-mí. Por ejemplo “deje que le ayude, no queremos que se estropee la espalda con esas bolsas tan pesadas”.


- Charm and Niceness. Hay una diferencia entre que alguien sea encantador de por sí o que intente encantarte. Cumplidos sin venir a cuento o de alguien en quien no confías sólo pretenden que bajes la guardia.


- Too many details. Cuando alguien miente, aunque para el receptor suene creíble, para el mentiroso no, porque sabe que es eso, una mentira, así que tiende a inflar la historia con detalles inncesarios (si tiene un gato, que su coche se ha roto la semana pasada, que la tienda de animales es estupenda…etc.), que no vienen a cuento y que sólo intentan distraer del fondo de la cuestión o contexto: este tío es un extraño que se me acaba de acercar porque sí.


- Typecasting. Para empujar un poquito al interlocutor, un pequeño insulto disfrazado nunca viene mal. Por ejemplo “no serás una de esas madres demasiado protectoras, a que no?” O “no serás la típica que tiene miedo de todos los hombres, a que no?”. Lo que intenta con esto es hacerte dudar de tu decisión, hacerte pensar que eres una histérica para que digas “no no, qué va” y salirse con la suya.


- Loan-sharking. Estos tipos se aprovechan de la educación de las personas, así que intentan hacerles un favor para que se sientan después obligados a ser simpáticos, por ejemplo “Cómo voy a ser tan maleducada y no dejarle entrar en mi casa, si me ha subido la compra hasta aquí” (aunque te haya quitado las bolsas de la mano).


- The unsolicited Promise. “Dejo las bolsas dentro y me voy. Prometido”. Mala señal. Las promesas se hacen para convencernos de una intención, pero no son garantía de nada, son sólo palabras. Hay que preguntarse: “por qué quiere convencerme esta persona (de dejarle entrar en mi casa, de llevarse a mi hijo al parque…etc.)?”. La respuesta no está en ti, sino en él: Una persona promete algo porque puede ver que no estás convencido y eso es lo que quiere, convencerte. Así que está poniendo de manifiesto algo claro: Que dudas. Y si dudas (tu intuición te llama aquí) es por algo. Así que hazte caso a ti y no a él.


- Discounting the Word NO. La señal más significativa y universal de todas. Si alguien elige no escuchar tu NO, es que está intentando tomar el control sobre ti. Y No no es una invitación a negociar. Las negociaciones tratan sobre posibilidades y seguro que no queremos ofrecerle ninguna a alguien que no nos gusta.


Estas no son estrategias de violencia, sino de persuasión. La violencia tendrá lugar en otro sitio, así que el siguiente paso o el objetivo del depredador al persuadirnos, es llevarnos a algún lugar donde le sea posible victimizarnos.


¿Conclusión? Si no confías en alguien, si tu intuición te dice que dudes o sospeches (te da mal rollo, malestar, incomodidad) tienes TODA la información que te hace falta. No lo pienses más, no lo deniegues, no te sientas culpable, no lo descartes como tontería, porque si te da mal rollo es por algo, aunque no puedas decir por qué.


Si además escuchamos o hacemos caso a los signos naturales de la violencia, estamos enseñando a nuestros hijos a hacerlo también:


Los niños no confían en todo el mundo porque sí naturalmente. Hay gente que no les gusta, con la que de repente se vuelven más tímidos…etc. Están reaccionando a su intuición y no hay que permitir que aprendan a ignorarla (“pide perdón a la señora por no ser simpático” o “dale un beso ahora mismo a este señor”). En quien confiamos y a quien tememos no es una decisión racional, así que si un niño no se siente a gusto con alguien o alguien no le gusta, hay que aprovechar la oportunidad para explorar el por qué con él y dejar que si alguien no le gusta, le siga sin gustar, por muy familia, vecino o amigo que sea.


En nuestra sociedad hemos aprendido a ser “demasiado” educados. Tanto, que muchas veces nos sentimos obligados a dejar que nos ayuden aunque no lo queramos (loan-sharking), a seguir una conversación que no queremos (si insisten)…etc. Y eso mismo es utilizado por depredadores para manipularnos (a las mujeres y a los niños, ojo, que esto vale para los dos). No pasa nada por ser brusco de vez en cuando: Un hombre normal que ofrece su ayuda y se lleva una bordería te puede mandar a tomar por saco, pero no se va a convertir en un asesino violador de pronto así por las buenas. En cambio, si tenía intenciones ocultas, con una negativa brusca es probable que te deseche como víctima porque no vas a colaborar, por no ser presa fácil.