Nunca vayas contra tu jefe… si no es para acabar con él

Por Formación Y Control @FyControl

La regla de oro. Todo jefe entiende de una materia de forma preferente: el mantenimiento y acrecentamiento de su poder. La función esencial del jefe, es tener poder, porque sin él ¿cómo manda? Por tanto, ten mucho cuidado, los jefes son muy comprensivos en todo… salvo si lo que se roza  es su capital poder.

Si tu jefe esta triunfando, su poder sube. Ten mucho cuidado. Es casi imposible derribar a un jefe al que las cosas le salen bien. Si tu jefe está fracasando, ten más cuidado aún, el fracaso le vuelve inseguro, y la inseguridad nos convierte en susceptibles.

Y tu dirás ¡pero si yo no quiero ir contra mi jefe! ¡Es solo que hay cosas que se hacen mal, y que podrían mejorar! Pues vas “dao”. Tú lo entiendes así. Lo normal es que jefe lo entienda como un atentado contra su poder. Y tienes muchas probabilidades de que reaccione de forma que no te va a gustar. Que quizás no llegues a entender. Pero que te va doler igual de todos modos.

Si en algún momento no te gusta lo que hace tu jefe. Y entiendes que debes actuar, te aconsejo que lo tengas claro, él puede entender que lo que quieres es su puesto, y va a reaccionar de acuerdo a esa convicción. Luego tienes dos opciones, o ve a por su puesto, o estate quieto.

Los militares españoles del Siglo XIX lo tenían muy claro. Se podían dar golpes de Estado. Pero solo tenían tres salidas posibles: o triunfabas, o emigrabas, o terminabas frente al paredón. No des “algo que pueda ser entendido como golpe de estado” sin serlo. Porque no vas a poder triunfar (no lo pretendes), y tendrás que emigrar o serás “muerto”. Tú mismo.