El pasado viernes en Santiago de Compostela, tuvo lugar el VI Simposio del Libro y la Lectura, organizado por la Asociación galega de editores.
Estaba convocado un ponente muy especial para los que formamos el equipo del Bubisher. Así que, en representación de todos, cogí mi coche bajo un manto increíble de lluvia, dispuesta a conocer en persona a Nuno Marçal. Con Nuno me une una relación feisbukera intensa y larga; Es la confirmación del gran valor de las redes sociales cuando se saben utilizar.Nuno es más que un bibliotecario. Es: "El bibliotecario". La persona que todos quisiéramos encontrar detrás de un mostrador.Llegué por los pelos a la ponencia, con dolor de brazos y piernas de la tensión que me produjo conducir con una visibilidad de menos de diez metros. Pero llegué.Llegué y al entrar en la sala, Nuno me saludó con la mano, reconociéndome en la persona que llegaba tarde, mal y arrastras. Después de confesarme que los nervios le estaban fastidiando desde hacía un buen rato, e intercambiar un par de besos, comenzó su ponencia en portugués.Oyendo a Nuno descubres perplejo que hay personas que disfrutan de su cotidianidad, que están donde quieren estar cada minuto del día, porque su trabajo es su sueño. Su receta:-ASPIRINAS CONTRA LA SOLEDAD Y EL AISLAMIENTO. En forma de proximidad, periodicidad, complicidad, intimidad y amistad.-TRANSPORTADAS EN UN BIBLIOBUS por toda la zona olvidada de Proença-a-Nova.Preguntado por si se siente psicólogo, Nuno contesta rotundo que no, que él se siente oyente.Nos cuenta la historia de un niño de 12 años, al que le gustaba frecuentar la librería cercana a su casa, donde permanecía horas leyendo e imaginando lo que aún le esperaba tras las estanterías cubiertas de libros. Un niño que experimentaba la mayor de las alegrías, cuando el librero le confiaba el cuidado de la librería en sus salidas para el café de la tarde.Ese niño no podría haber sido otra cosa que bibliotecario. El mejor de los bibliotecarios.La ponencia se cierra con una alusión sincera al Bubisher. Nuno explica que si lo que acabamos de oír suena a aventura loca, nada más loco y más aventurero que poner en marcha un bibliobús en el desierto.