Conseguidos a través del método prueba y error. Jajajajja, sí. Probamos y salen mal. Volvemos a probar intentando dar una solución a lo que nos ha fallado la vez anterior y creemos haber dado con ella, pero noooooo: ahora salen mal pero por otro motivo.
Esta entrada debería titularse "Malditos macarons". Suena a nombre de película. Y es que con mis intentos, pruebas, errores, desastres y cubos de la basuta, hay material para hacer una peli y presentarla a los Oscar´s reposteros.
He leído mucho acerca de los macarons y he intentado averiguar cuales han sido los errores que he cometido en mis múltiples intentos.
Primero os dejo la receta con las cantidades (he visto diferentes recetas) y es la que mejor me ha funcionado.
Ingredientes (unas 32 conchas)
- 62 gr. de claras de huevo a temperatura ambiente
- 20 gr. de azúcar
- 100 gr. de azúcar glas
- 50 gr. de almendra molida
Primero preparamos la plantilla sobre la que colocamos un trozo de papel vegetal del tamaño de la bandeja del horno. Yo lo sujeto con clips para que no se me mueva mientras estoy haciendo los macarons sobre el papel.
Montamos las claras a punto de nieve. Cuando estén prácticamente montadas, agregamos el azúcar y terminamos de montar.
Mientras se montan las claras tamizamos la almendra molida y el azúcar glas varias veces. Cuanto más tamizada esté la almendra mejor.
Agregamos los ingredientes secos a las claras de una vez y con la ayuda de una espátula mezclamos con movimientos envolventes. La masa no tiene que estar ni muy espesa ni muy líquida.
Cuando la masa está lista la introducimos en una manga pastelera con una boquilla redonda y vamos haciendo los macarons sobre el papel vegetal.
Precalentamos el horno a 150º y luego bajamos la temperatura a 130º.
Y ahora hay que tener paciencia, porque no se puede saber el tiempo exacto que hay que esperar para poder hornear los macarons, depende de la humedad del ambiente. Estarán listos cuando si los tocamos con el dedo, la masa no se pega a éste.
Horneamos 15 minutos aproximadamente. Cuando estén listos, los sacamos del horno y los dejamos en la bandeja unos 5 minutos hasta que se enfríen. Después los despegamos del papel y ya están listos para rellenar.
Yo los he rellenado de Nutella ante el clamor familiar (mis niñas) pero podría haberlos rellenado de ganaché, crema de queso, buttercream, etc.
Después de las múltiples pruebas y lo que he leído os dejo una serie de puntualizaciones por si os sirven a la hora de conseguir unos macarons más o menos decentes.
- No se deben utilizar claras pasteurizadas (mi primer error).
- Por otro lado, las claras tienen que estar viejas (hay que quitarlas la humedad). Y ¿cómo conseguimos esto? Un par de días antes separamos las claras de las yemas, las ponemos en un bol, las tapamos con papel film y hacemos unos agujeritos en éste para que pierdan humedad.
- Las claras tienen que estar a temperatura ambiente. Si las hemos sacado de la nevera con poca antelación, podemos introducirlas en el microondas 10 segundos.
- Es mejor pesar los ingredientes una vez los hayamos tamizado porque siempre se pierden unos gramos en este proceso.
- Muy importante, dejar espacio entre los macarons para que el calor circule. Yo ya tengo una plantilla hecha en una hoja de papel de horno que pongo debajo del papel que pondré en la bandeja para que me salgan todos más o menos iguales.
- Es imporante dejar secar bien los macarons ya que si los horneamos antes de tiempo no nos saldrá el piececito característico, se nos romperan, etc.
- También es importante no poner una temperatura muy alta ya que suben deprisa y se rompen, porque el merengue es muy delicado.
- Si los sacampos antes de tiempo se nos quedarán huecos por dentro por falta de horneado.
¡¡Suerte!! Y sobretodo paciencia si os váis a sumergir en el apasionante mundo de los macarons...