Lo más pesado de todo, la lenta cocción del merengue. Lo mejor, todo lo demás...
Comenzamos batiendo las claras con la sal hasta que estén firmes y entonces, y sin dejar de batir, vamos añadiendo los 300 gramos de azúcar poco a poco, y cuando la hayamos añadido toda, seguimos batiendo unos 4 minutos más, hasta que esté completamente disuelta. En un bol grande echamos el vinagre y la harina, añadimos el merengue y con movimientos envolventes vamos incorporandolo todo (esto hará que quede un dorado crujiente y tierno el interior).