La nutrición es el conjunto de procesos donde los seres vivos intercambian materia y energía con el medio que los rodea. Por medio de la nutrición se obtiene energía y se aportan los nutrientes para crear o regenerar la materia del organismo.
La función de nutrición incluye varios procesos: la captación de nutrientes, su transformación, su distribución a todas las células y la eliminación de sustancias de desecho que se producen como resultado del uso que se hace de los nutrientes en las células. Todos estos procesos son comunes tanto para animales como para vegetales. Para que se pueda llevar a cabo la nutrición, los seres vivos poseen órganos y sistemas especializados. En los animales, esos órganos forman parte de los sistemas digestivo, respiratorio, cardiovascular y excretor.
De acuerdo a la forma en que obtienen los alimentos, los seres vivos se clasifican en autótrofos y heterótrofos.
Son autótrofos los organismos capaces de sintetizar su propia materia orgánica para la obtención de energía. A través de una reacción bioquímica denominada fotosíntesis, las plantas y algas utilizan la energía solar y la clorofila presente en los cloroplastos para producir materia orgánica y liberar oxígeno al medio ambiente.
Los organismos heterótrofos, al no sintetizar sus alimentos, necesitan consumir otros seres vivos para poder subsistir.
La nutrición consiste en tomar nutrientes y oxígeno del medio para obtener energía, para luego recoger y expulsar sustancias de desecho. Se realiza en las siguientes fases: toma de alimentos, transformación de esos alimentos mediante la digestión, absorción de nutrientes, transporte de nutrientes y obtención de energía. Como último paso de la nutrición se realiza la recolección, el transporte y la eliminación de sustancias de desecho producidas en las células.
NUTRICIÓN DE LOS VEGETALES
Las algas y los vegetales se nutren de forma autótrofa. Para ello toman del ambiente el agua, el dióxido de carbono y las sales minerales. Por medio de las raíces ingresa el agua y las sales minerales del suelo y por los estomas de las hojas el dióxido de carbono de la atmósfera. El agua y las sales se distribuyen por el tallo hacia las hojas. Luego, los productos sintetizados en la fotosíntesis llegan a todas las partes del vegetal. Además de fijar el vegetal al suelo, la raíz absorbe el agua y las sales por unos pelos muy finos que existen en la zona pilífera. Esa agua y sales forman la savia bruta que se transporta por vasos llamados xilema a través de todo el tallo. La fuerza necesaria para que la savia bruta pueda ascender no es otra que la evaporación del agua de las hojas por transpiración. Una vez que han llegado el agua y las sustancias inorgánicas a la hoja, se absorbe por los estomas de las propias hojas el dióxido de carbono, que junto con la energía del sol y en presencia de clorofila transforman dentro de los cloroplastos la savia bruta en savia elaborada. Esta savia elaborada, rica en azúcares y materia orgánica, es distribuida al resto del vegetal por otro tipo de vasos denominados floema.
Una vez que el vegetal ha adquirido la materia orgánica por fotosíntesis, la utiliza para generar energía. Los vegetales también necesitan de energía para crecer, dar flores y frutos, reponer partes de la planta y relacionarse con el medio. Esa energía la toman del uso que hacen de los azúcares y demás compuestos elaborados en la fotosíntesis. La materia orgánica entra en las mitocondrias de las células y en presencia de oxígeno se realiza la respiración celular. De esta forma, la materia orgánica es transformada en dióxido de carbono que se elimina a la atmósfera, en agua y energía en forma de ATP (trifosfato de adenosina).
Cabe señalar que los vegetales carecen de estructuras especializadas para la excreción de desechos. Por otra parte, la cantidad de desechos vegetales es muy baja. El dióxido de carbono producido por respiración celular se elimina al exterior a través de los estomas de las hojas, aunque una parte de ese componente puede ser reutilizado para la fotosíntesis. Las sustancias nitrogenadas de desecho se emplean para la síntesis de nuevas proteínas. Algunos desechos son almacenados dentro de las células de la propia planta.
NUTRICIÓN DE LOS ANIMALES
Los animales necesitan energía para vivir, pero no pueden tomarla del sol directamente como lo hacen los vegetales. Sólo pueden obtener la energía de la transformación de los alimentos y del oxígeno que toman del aire. Así se realiza la nutrición heterótrofa. Los seres unicelulares toman del medio externo las sustancias que necesitan. En los seres pluricelulares existen células que se especializan en tejidos, éstos se asocian en órganos y los órganos a su vez en sistemas que realizan funciones específicas dentro del organismo general.
Los sistemas que intervienen en la nutrición de los animales son los siguientes:
1- Sistema digestivo: digiere los alimentos para obtener nutrientes, los absorbe para que sean utilizados por las células y elimina la materia no aprovechable en forma de excrementos.
2- Sistema circulatorio: distribuye nutrientes y oxígeno a todas las células del cuerpo y recoge los residuos y el dióxido de carbono llevándolo a los órganos excretores.
3- Sistema respiratorio: toma el oxígeno necesario para la vida celular y expulsa el dióxido de carbono que produjo la célula tras realizar la respiración celular.
4- Sistema excretor: elimina del organismo todas las sustancias nitrogenadas que produce la célula a raíz de su metabolismo.
SISTEMA DIGESTIVO
Es el encargado de transformar los alimentos que ingresan al organismo (ingestión) en sustancias más sencillas (digestión) para que puedan pasar a la sangre (absorción) y de ahí ser distribuidas a todas las células del organismo, desechando todo aquello que no ha sido utilizado (egestión). Vale decir que las etapas que cumple el proceso digestivo son la ingestión, digestión, absorción y egestión. La egestión se produce por defecación, cuando los excrementos son compactos y poseen poco agua (mamíferos) o por deyección, cuando son acuosas y se eliminan por la cloaca (aves).
La mayor parte de los animales tienen un aparato digestivo formado por:
-Un tubo digestivo con una abertura anterior (cavidad bucal) para entrada de alimentos y una salida posterior (ano) para la expulsión de excrementos. Los órganos principales que forman la parte tubular del sistema digestivo son: cavidad bucal, faringe, esófago, estómago, intestino delgado, intestino grueso, recto y ano.
-Glándulas accesorias que colaboran en los procesos digestivos y de absorción, como las glándulas salivales, el hígado, el páncreas y el hepatopáncreas, este último en organismos invertebrados.
La digestión fragmenta y reduce a los alimentos de dos formas:
-Física: a través de la masticación en la cavidad bucal y por los movimientos que realiza el estómago y los intestinos cuando las sustancias ingeridas llegan a estos órganos.
-Química: por la acción de enzimas digestivas producidas a lo largo del tracto digestivo.
Sistema digestivo en los mamíferos
Los órganos que poseen los mamíferos son los siguientes.
Cavidad bucal: contiene órganos accesorios como la lengua y los dientes. La lengua colabora en acomodar los alimentos y mezclarlos con saliva durante la masticación (insalivación), con lo cual forman el bolo alimenticio. Los dientes actúan en la digestión mecánica, ya que se utilizan para cortar, desgarrar, triturar y moler los alimentos. La saliva contiene una enzima llamada ptialina que actúa sobre los hidratos de carbono, poniendo en marcha la digestión química. Por otra parte, ejerce una función mecánica al lubricar la boca y humedecer el alimento que ingresa a la cavidad bucal.
Faringe: una vez que el bocado es deglutido, pasa hacia la faringe (garganta). En los animales superiores, por este órgano pasan los alimentos y el aire que va desde y hacia los pulmones, por lo que es un órgano que pertenece a los sistemas digestivo y respiratorio.
Esófago: es un conducto que nace en la faringe y conduce el bolo alimenticio hacia el estómago.
Estómago: en los mamíferos es el lugar donde se inicia la digestión de las proteínas, gracias a la acción del ácido clorhídrico y de las enzimas provenientes del jugo gástrico.
Intestino delgado: continúa la digestión de las proteínas y se inicia la digestión de las grasas y de los hidratos de carbono, por acción de enzimas del jugo pancreático, del jugo intestinal y de la bilis segregada por el hígado. En el intestino delgado se produce la absorción de la mayor cantidad de nutrientes a través de las vellosidades intestinales. Esos nutrientes pasan a los capilares sanguíneos y linfáticos y se dirigen al hígado, para luego distribuirse a todas las células del organismo.
Intestino grueso: su principal función es concentrar y almacenar los desechos sólidos y transformar el contenido intestinal (quimo) en materia fecal.
Las células presentes en intestino grueso reabsorben agua del quimo, sales minerales y algunas vitaminas.
Recto: última porción del sistema digestivo, ubicado entre el intestino grueso y el ano. La función del recto es almacenar la materia fecal para luego ser expulsada por la abertura anal.
Es bastante parecido al de los mamíferos, ya que prácticamente poseen los mismos órganos y funciones similares. La cavidad bucal está representada por un pico, con una lengua puntiaguda en su interior, glándulas salivales y ausencia de piezas dentales. El pico se continúa con la faringe y luego con el esófago, que se ensancha en la parte anterior dando lugar al buche, utilizado para almacenar alimento y favorecer su ablandamiento. En algunas especies el buche elabora sustancias nutritivas para alimentar a las crías. Luego continúa el estómago, que se divide en dos partes: una anterior, el proventrículo que segrega jugo gástrico, y una parte posterior, la molleja, de gran musculatura donde se trituran los alimentos con la ayuda de piedritas que las aves tragan para favorecer el macerado. Más tarde el bolo ingresa al intestino que se dispone de manera muy flexuosa
como en los mamíferos. El intestino desemboca en dos ciegos alargados, que a su vez dan origen al recto que desemboca en la cloaca por donde se deyectan los excrementos.
Hay variaciones según sea el tipo de animal que se trate. Las tortugas carecen de dientes, mientras que los caimanes y cocodrilos presentan dentición desarrollada. Las serpientes, algunas venenosas, tienen colmillos dentro de la cavidad bucal. El estómago de los reptiles, de gran capacidad, se continúa con el intestino delgado y luego con el intestino grueso que termina en una cloaca. En las serpientes, tanto el esófago como el estómago tienen una importante capacidad para distenderse, hecho que favorece la deglución de presas de gran tamaño. El hígado y el páncreas de los reptiles cumplen las mismas funciones que en los mamíferos y aves.
Presentan una cavidad bucal, faringe, esófago, estómago, intestino delgado, intestino grueso y cloaca. En general, el sistema digestivo de los anfibios es bastante similar al de los reptiles.
Sistema digestivo en los peces
Formado por un largo tubo que se inicia en la cavidad bucal y se continúa con la faringe, el esófago, el estómago y los intestinos. Como no tienen glándulas salivales se reemplazan por estructuras secretoras de moco. En la parte lateral de la faringe se originan las branquias, órganos de la respiración. De la zona esofágica nace la vejiga natatoria. Una derivación del esófago forma la vejiga natatoria, órgano hidrostático de muchos peces que ayuda a mantener el equilibrio.
Está formado por un tubo algo enrollado que se extiende desde la boca al ano. Se divide en tres regiones separadas por esfínteres que regulan el pasaje de los alimentos. Esas regiones son el estomodeo, el mesenterón y el proctodeo.
-Estomodeo: formada por el esófago, el buche (ensanchamiento final del esófago) y los proventrículos, que en su parte final presenta la válvula estomoideal que regula el paso de alimentos hacia la siguiente región.
-Mesenterón: representa el intestino medio, con forma de saco alargado de diámetro uniforme. En su interior presenta pliegues para la absorción de los nutrientes. El mesenterón contiene jugos digestivos y enzimas para la digestión.
-Proctodeo: se divide en íleo, delgado tubo que es continuación del mesenterón y en recto, parte final con forma de saco ubicado en la parte posterior del abdomen.
El sistema cardiovascular (cardiocirculatorio) tiene las siguientes funciones:
-Transportar la sangre con oxígeno y nutrientes hacia todas las células del organismo
-Llevar los desechos celulares y el dióxido de carbono hacia los órganos encargados de su eliminación.
-Transportar hacia los tejidos sustancias como el agua, hormonas, enzimas y anticuerpos, entre otros.
-Mantener constante la temperatura corporal.
Una vez que los heterótrofos han digerido los alimentos en los intestinos y obtenido así los nutrientes, estos son absorbidos hacia la sangre, quien los ser transportará hacia todas las células del organismo.
El transporte de nutrientes se realiza por medio del sistema cardiovascular, formado por el corazón, las arterias, las venas y los capilares sanguíneos, estos últimos muy pequeños y en estrecho contacto con las células del organismo. Es la sangre que corre por dichos vasos quien transporta a las proteínas, glúcidos, lípidos, agua, sales, enzimas, hormonas, oxígeno, etc. hacia todas las células para que puedan cumplir sus funciones vitales.
Los órganos que componen el sistema cardiovascular de los vertebrados son el corazón y los vasos sanguíneos, estos últimos diferenciados en arterias, arteriolas, venas, vénulas y capilares sanguíneos. Las arterias salen del corazón transportando sangre hacia el organismo. Poseen una capa muscular bien desarrollada capaz de soportar la presión de la sangre que es bombeada por el corazón. Las venas llegan al corazón transportando sangre desde el organismo. A diferencia de las arterias, las venas tienen válvulas para evitar el movimiento retrógrado de la sangre. Luego de múltiples ramificaciones donde el diámetro de los vasos arteriales se va reduciendo de centímetros a micrones se forman los capilares sanguíneos, cuya misión es entregar oxígeno y nutrientes a las células y recibir dióxido de carbono y desechos del metabolismo celular.
El corazón presenta aurículas y ventrículos. Las aurículas reciben sangre proveniente de las venas. Los ventrículos impulsan la sangre fuera del corazón.
La circulación de los animales puede ser:
-Simple: cuando la sangre circula solo una vez por el corazón, como en los peces, que poseen una aurícula y un ventrículo.
-Doble: la sangre pasa dos veces por el corazón ya que existe un circuito pulmonar y otro general, tal como sucede en aves y mamíferos. Estos animales tienen dos aurículas y dos ventrículos.
-Incompleta: cuando la sangre venosa se mezcla con la sangre arterial, como en los reptiles y los anfibios.
-Completa: la sangre arterial y la venosa nunca se mezclan (aves y mamíferos).
-Cerrada: cuando la sangre circula únicamente por vasos y no toma contacto con el exterior. Es propia de los anélidos y los vertebrados.
-Abierta: cuando la sangre no circula completamente por los vasos, abriéndose en un tramo con el exterior para bañar directamente a las células. Es propia de moluscos y artrópodos, donde la sangre (hemolinfa) sale de los vasos para entregar nutrientes a los tejidos y luego vuelve a penetrar en los vasos para llegar al corazón.
Los animales inferiores no tienen un verdadero sistema circulatorio (esponjas o celentéreos).
Circulación en las aves y mamíferos
En el corazón de las aves y de los mamíferos existen cuatro cámaras: dos aurículas, una derecha y otra izquierda y dos ventrículos, derecho e izquierdo. La sangre pobre en oxígeno recogida de todas las células del organismo ingresa a la aurícula derecha del corazón a través de las venas cavas. Pasa al ventrículo derecho, luego a la arteria pulmonar y llega a los pulmones para oxigenarse. Esa sangre oxigenada es conducida por las arterias pulmonares al corazón, más precisamente a la aurícula izquierda. La sangre pasa luego al ventrículo izquierdo que la impulsa con gran presión hacia todo el cuerpo a través de la arteria aorta.
La circulación de las aves y mamíferos es doble, cerrada y completa, ya que la sangre atraviesa dos veces el corazón, no se comunica con el exterior y nunca se mezcla.
Poseen un corazón con tres cavidades, dos aurículas (derecha e izquierda) y un ventrículo. La sangre desoxigenada de todo el cuerpo llega a la aurícula derecha, pasa al ventrículo y llega a los pulmones a través de la arteria pulmonar. En los pulmones se oxigena y regresa por las venas a la aurícula izquierda, pasa nuevamente al único ventrículo y es llevada por la arteria aorta a todo el organismo. Los reptiles y anfibios tienen una circulación doble, cerrada e incompleta. No obstante, la mezcla entre la sangre oxigenada y desoxigenada es menor, ya que el ventrículo está parcialmente dividido.
El cocodrilo, uno de los mayores predadores del planeta, es un reptil cuyo corazón posee cuatro cavidades bien definidas (dos aurículas y dos ventrículos), como las aves y los mamíferos.
El corazón de los peces tiene forma de tubo, con una aurícula y un ventrículo. La sangre desoxigenada es transportada por las venas hacia la aurícula y luego al ventrículo, que la impulsa hacia las branquias para que pueda oxigenarse. Luego circula por las arterias y llega a todas las células del organismo para entregar oxígeno y nutrientes. Es de notar que la sangre pasa una sola vez por el corazón en cada circuito. Es por ello que la circulación de los peces es simple, cerrada y completa. Los anfibios no adultos, como los renacuajos, tienen una circulación similar a la de los peces.
Estos animales poseen un corazón y un solo vaso que transporta hemolinfa. El corazón tiene forma de tubo, con aberturas laterales llamadas ostiolos. La hemolinfa circula por todo el cuerpo y luego regresa al corazón, de ahí a una pequeña arteria dorsal y luego a todos los tejidos para irrigarlos nuevamente. La hemolinfa distribuye todos los nutrientes a las células pero no el oxígeno, que es llevado exclusivamente por el sistema respiratorio a través de las tráqueas.
La función del sistema respiratorio es tomar el oxígeno de la atmósfera o del agua (peces) y llevarlo, a través del sistema circulatorio, a las células del organismo. También actúa desalojando el dióxido de carbono producido en las células como material de desecho. La respiración de los vertebrados terrestres consiste en una inspiración, donde penetra el oxígeno atmosférico por las cavidades nasales rumbo a los pulmones para ser entregado por la sangre a las células, y en una espiración, donde el dióxido de carbono es eliminado al exterior. El intercambio que se produce entre el oxígeno y el dióxido de carbono se denomina hematosis.
En los distintos organismos animales existen diferentes tipos de respiración.
-Respiración pulmonar
Los pulmones son las estructuras respiratorias que toman contacto con el exterior por medio de una serie de tubos. Están irrigados por una gran cantidad de capilares sanguíneos. Los pulmones pueden presentar forma de saco, como en mamíferos, reptiles y anfibios, o forma tubular, como los sacos aéreos de las aves.
-Respiración branquial
Las branquias son estructuras propias de animales de vida acuática, como los peces, anfibios, crustáceos y moluscos. Hay branquias externas y branquias internas, estas últimas más evolucionadas.
-Respiración traqueal
Es la que poseen los insectos y artrópodos terrestres, mediante un sistema de tubos llamados tráqueas. Estas estructuras ponen en contacto el oxígeno atmosférico con todas las células del organismo animal. Como se mencionó anteriormente, el sistema cardiocirculatorio de los insectos no participa en el transporte de oxígeno, ya que la circulación abierta que poseen es muy lenta para tal efecto. Los tubos traqueales se conectan con el exterior por medio de orificios llamados espiráculos.
-Respiración cutánea
El intercambio gaseoso se efectúa a través de la piel, como sucede en los gusanos terrestres o en animales acuáticos, como medusas y esponjas. Los anfibios también recurren a este tipo de respiración, que se complementa con la respiración pulmonar como en ranas, sapos y salamandras.
Sistema respiratorio en los mamíferos
Los pulmones tienen un gran desarrollo de su superficie interna. El aire inspirado penetra por las cavidades nasales, pasa por la faringe, la laringe y la tráquea. Esta estructura se bifurca en el tórax y da origen a dos bronquios, que penetran en los pulmones y tras sucesivas ramificaciones dan lugar a la formación de los bronquiolos. Estos también se ramifican en bronquiolos de diámetro aún menor, que transportan el aire inspirado hasta los sacos alveolares, formados por muy pequeñas cámaras, los alvéolos, donde se produce el intercambio gaseoso con la sangre (hematosis).
Los pulmones de las aves tienen forma de conductos donde el aire circula en una sola dirección. Además, poseen grandes bolsas llamados sacos aéreos, que tienen conexión con los pulmones, ya que se ubican por delante y por detrás. A diferencia de los mamíferos que poseen alvéolos para el intercambio gaseoso, las aves tienen parabronquios para tal efecto. El aire inspirado pasa de la boca a los sacos aéreos posteriores, luego a los parabronquios donde se efectúa el intercambio gaseoso y finalmente a los sacos aéreos anteriores, para ser eliminados con la espiración. El sistema posee válvulas para evitar la dirección retrógrada del aire. En determinadas especies, los sacos aéreos se introducen en los huesos.
Sacos aéreos
La respiración de estos animales es por medio de pulmones bien desarrollados, hecho que le permite la vida terrestre. El aire entra y sale del organismo a raíz de movimientos de los músculos del tórax. Las serpientes respiran a través de un solo pulmón alargado que tiene considerable desarrollo.
Sistema respiratorio en los anfibios
Los pulmones de estos animales suelen ser pequeños. El aire que por inspiración toman por los orificios nasales llena toda la cavidad bucal. Luego cierran los orificios nasales y suben el piso de la boca, obligando así a que el aire pase a los pulmones. Al ser insuficiente este tipo de respiración, los anfibios también recurren a la respiración cutánea, por lo que deben mantener en forma permanente la piel muy húmeda.
Sistema respiratorio en los peces
El intercambio gaseoso se realiza a través de prolongaciones de la piel llamadas branquias. Estas estructuras son simétricas y se ubican detrás de la cabeza. Las branquias están rodeadas de vasos sanguíneos que favorecen la entrada de oxígeno y la salida de dióxido de carbono. En los peces con esqueleto óseo, las branquias están cubiertas y protegidas por una serie de huesos llamados opérculo. Cuando el pez abre la boca penetra el agua, pasa a la faringe y el opérculo se cierra. Al cerrar la boca, el opérculo se abre para que el agua pase por las branquias entregando el oxígeno del agua. Los peces con esqueleto cartilaginoso (tiburones y rayas) carecen de opérculo, con lo cual las branquias se comunican de manera directa con el exterior.
En la superficie del cuerpo se disponen unos orificios pequeños, los estigmas, por donde el oxígeno ingresa a dos troncos traqueales dispuestos en posición dorsal. A medida que progresan dentro del organismo, los túbulos traqueales van reduciendo su diámetro hasta llegar a las células, lugar donde se efectúa por difusión el intercambio gaseoso.
Las funciones del sistema excretor son mantener constantes en el medio interno las sustancias fundamentales para la existencia, y eliminar del organismo los productos de desecho del metabolismo celular. Así como el sistema respiratorio se encarga de expulsar el dióxido de carbono de la circulación, es el sistema excretor el responsable de eliminar las sustancias nitrogenadas de la sangre, otro de los desechos del metabolismo celular. Algunas sustancias también pueden ser eliminadas a través de la piel, aunque en menor cantidad. Los organismos poco evolucionados carecen de sistema excretor, ya que eliminan los desechos directamente al medio en donde viven.
Los productos nitrogenados de desecho se eliminan, según el organismo que se trate, como urea, ácido úrico y amoníaco.
La urea, cuya fórmula abreviada es (NH2)2CO, resulta ser una sustancia tóxica que no obstante puede permanecer en el organismo a bajas concentraciones. Los animales que eliminan urea, llamados ureotélicos, son los mamíferos, los quelonios (tortugas), los tiburones, las rayas y los anfibios adultos.
Aquellos animales limitados para acumular importantes cantidades de agua, como las aves, o que deban restringir pérdidas hídricas, como los reptiles o los artrópodos, eliminan los productos nitrogenados de desecho como ácido úrico (C5H4N4O3), en forma sólida y sin pérdida de agua. Este grupo de organismos se denomina uricotélicos.
La eliminación de productos nitrogenados en forma de amoníaco (NH3) es propia de los peces con esqueleto óseo. El amoníaco es muy tóxico, por lo que debe ser expulsado del organismo rápidamente y tomar contacto con el agua. Es por esa razón que este tipo de eliminación es propia de animales acuáticos. A los organismos que excretan amoníaco como desecho se los llama amoniotélicos.
El órgano excretor en organismos vertebrados (mamíferos, aves, reptiles, anfibios y peces) es el riñón, formado por minúsculos túbulos denominados nefrones. Estas estructuras se encargan de filtrar la sangre, recuperando las sustancias útiles para el organismo (agua, sales) y eliminando los desechos nitrogenados y exceso de agua en forma de orina.
Sistema excretor en los mamíferos
La orina formada en los riñones circula por dos finas estructuras tubulares, los uréteres, que desembocan en una vejiga, lugar donde se almacena esa orina. De la vejiga nace un conducto, llamado uretra, por donde la orina sale al exterior.
Sistema excretor en las aves, reptiles y anfibios
La orina sale de los riñones por los uréteres que desembocan en la cloaca, junto con el intestino y los conductos del sistema reproductor.
Sistema excretor en los peces
Estos organismos eliminan la orina directamente hacia el agua. La orina de los peces es escasa y muy concentrada.
Sistema excretor en los insectos
Poseen túbulos cerrados en un extremo y abiertos en el otro. Este último desemboca en los intestinos. Dichas estructuras, denominadas tubos de Malpighi, absorben sustancias útiles de la cavidad interna del cuerpo y expulsa los desechos nitrogenados hacia el intestino.
Fuente: "CIENCIAS BIOLÓGICAS" - http://hnncbiol.blogspot.com