O Rexurdimento (El Resurgimiento).
A raíz de la invasión Francesa (1.809) y de los enfrentamientos entre absolutistas y liberales surgen los primeros textos escritos en gallego, impresos en hojas sueltas o periódicos, con fines propagandísticos. Unos llaman al campesinado a la defensa del país, otros defiendes las ideas liberales.
A lo largo de todo el siglo, tras el fin del absolutismo y el inicio de la monarquía constitucional, nacen diversos movimientos gallegistas basados en la defensa de la singularidad y de la personalidad diferenciada de Galicia. El primero de ellos, aparecido hacía la década de los 40, fue el “Provincialismo”, que denunciaba la marginación social del país y procuraba la valoración social de su arte, de sus costumbres y de la historia.
Se vieron apartados de la política después de su apoyo al fracasado levantamiento militar de Solís (fusilamiento de los Mártires de Carral) y se refugiaron en el mundo de la cultura y de la literatura.
La segunda generación galleguista, el “Rexionalismo” (Regionalismo), compaginó cultura y política, haciendo de la lengua su preocupación primordial.
En el camino del afianzamiento lingüístico y literario, se celebran en A Coruña los primeros “Xogos florais” (Juegos florales) en 1.861. Las composiciones premiadas, junto con las muestras de poesía contemporánea, se recogen un año más tarde (1.862) en el “Álbum da Caridade”, primera antología del “Rexurdimento” gallego.
Es la publicación de 1.863 de “Cantares Gallegos”, obra ya íntegramente escrita en lengua gallega de la mano de la excelsa poetisa Rosalía de Castro, la que inaugura el “Rexurdimento” pleno. Año fructífero en publicaciones fue 1.880.
En el saldrán a la luz composiciones de los autores de más fama de esta etapa: “Follas novas” (Rosalía de Castro), “Aires da miña terra” (Curros Enríquez) y “Saudades Galegas” (Lamas Carvajal). Seis años después (1.888) aparece “Queixume dos pinos” (Eduardo Pondal).
Rosalía de Castro (Santiago de Compostela, 1.832 – Padrón, 1.885) trasciende con la calidad de su obra nuestras fronteras para incorporarse a la historia de la literatura universal. Sus versos han sido objeto de múltiples estudios y traducciones a diversas lenguas.
Curros Enríquez (Celanova-Ourense-, 1.851 – La Habana, 1.908) fue uno de los escritores preferidos por los lectores de su tiempo. Sin duda porque con su poesía denunció las injusticias (fueros, opresión, emigración…) y defendió las ideas de progreso. Asentó una tradición de poesía combativa comprometida que continuarán numerosos autores (Ramón Cabanillas, Celso Emilio Ferreiro…).
Eduardo Pondal (Ponteceso, 1.835 – A Coruña, 1.917), autor del Himno Gallego, buscó las raíces prehistóricas de su pueblo, destacando el elemento culto, para engrandecerlo a partir de su individualidad. Procuró afianzar la lengua gallega como lengua literaria y culta.
Los límites de la literatura gallega se van ampliando lentamente desde la lírica hasta la narrativa, el ensayo y la prosa didáctica.
La consolidación de la prosa gallega no se produce hasta el siglo XX, pero a finales del XIX hay ya precedentes destacables: “Maxina ou a filla espúrea” (Marcial Valladares, 1.880), primera novela gallega contemporánea. Obra de gran fama entre las clases populares fue “O catecismo do labrego” (Lamas Carvajal), “A tecedeira de Bonaval”, “O castelo de Pambre” y “O niño de pombas”, convierten a su autor, Antonio López Ferreiro, en el mejor prosista de la época.
El género teatral fue el menos cultivado. Desde la publicación de “A Casamenteira” en 1.812 hasta la década de los ochenta no hubo actividad editorial relacionada con el teatro.
En las últimas décadas del siglo XIX nacen las primeras gramáticas y diccionarios de la lengua gallega, esenciales para su normalización: “Compendio de gramática gallega-castellana” (Francisco Mirás, 1.864) y “Gramática gallega” (Saco y Arce), un estudio serio del idioma gallego.
La presencia de la lengua gallega en los periódicos contribuye enormemente a prestigiar el idioma. En el año 1.876 se edita, promovido por Valentín Lamas Carbajal, el pionero de los periódicos íntegramente en gallego, “O Tío Marcos da Portela”.
El éxito de este periódico, con marcado carácter anticaciquil, resultó espectacular. Entre los años 1.886 y 1.888 se va consolidando el periodismo en Galicia, con la aparición de nuevas iniciativas monolingües: “O Galiciano” (Pontevedra), “A Monteira” (Lugo) y “As Burgas” (Ourense).
Una de las últimas manifestaciones del “Rexurdimento”, ya en el siglo XX, fue la constitución de la Real Academia Galega (1.905).
Fuente | Wikipedia.
Imagen | Diario de un médico de guardia.
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