Ha dejado sin cumplir muchas promesas por la presión sufrida por los extremistas republicanos. Ahora le toca al medio ambiente. Algo fundamental y por lo que Obama había apostado con ambición desde que llegó a la Casa Blanca.
Pues sí, el premio Nobel de la Paz, la gran esperanza americana, el progresista Obama, ha decidido renunciar a reducir las emisiones de CO2. Lo que supone incumplir, además de su programa, los protocolos internacionales firmados. Y es que las pobres empresas de automóviles, las del petróleo y otras industrias tendrían que limitar sus producciones y los clientes bajar el nivel de consumo. Y eso es cargarse la religión capitalista.
Ya había avisado bajando el presupuesto de la EPA (la agencia del medio ambiente de USA).el 16%, y para postre se salta el compromiso que había adquirido.
Está claro que la economía, para este político, debe estar por encima. Qué más da si nos cargamos el planeta. Al fin y al cabo, Obama y nuestra generación está, a salvo. Los que vienen detrás que arreen.
Lamentablemente muchos políticos sólo son capaces de pensar en los votos del momento. Los problemas, más allá del periodo legislativo, quedan en vía muerta. Mañana será otro día.
El calentamiento global es un hecho. Un hecho que algunos no asumen y que los que lo aceptan no combaten con decisión. Los lobbys industriales y petroleros, así como el bienestar que se confunde con el consumo por parte de los ciudadanos, hacen que estemos dejando un mundo peor irreversible, que seamos los animales más depredadores del planeta..
Nadie piensa en las futuras generaciones. Ya lo arreglarán y si no, que se pudran. Y el jefe de la tribu yanqui, con su decisión lo acaba de confirmar.
Salud y República