Obama me espía

Publicado el 11 junio 2013 por Cronicasbarbaras

Desde que sé que Barack Obama me espía me siento importante. Que siga mis conversaciones por teléfono, mis mensajes electrónicos, o que entre en mi ordenador para descubrir qué tengo dentro demuestra mi valor social.

Yo creía no interesarle a nadie más que a mi familia y amigos, y tampoco demasiado.

Pero que me vigile el presidente de la nación más poderosa del mundo me envanece.

A usted también le acecha, y debe presumir de esa deferencia del premio Nobel de la Paz más progresista.

Si yo fuera o pretendiera ser un “lobo solitario”, de esos que se preparan para matar infieles, me preocuparía porque Obama tiene unos programas que descubren las claves lingüísticas que uso para preparar atentados.

Cuando las detectan sus espías lanzan un misil desde un drone teledirigido desde EE.UU., a 12.500 kilómetros de distancia, y mandan el creyente al Paraíso.

Obama puede descubrir un “lobo solitario” dispuesto a asesinar lo que le rodea cerca de donde usted o yo vivimos, pero no tiene drones sobre España: coordina la vigilancia electrónica con el CNI, Interior y Defensa para que evitar atentados.

Además, los mismos programas informáticos, con ligeras variantes, se usan para detectar a estafadores, pornógrafos infantiles y toda clase de delincuentes.

Pero aquí llegamos a un problema que afecta a la libertad e intimidad de los ciudadanos, porque también pueden vigilar y perseguir a cualquier persona que Obama, o una organización con esa tecnología, consideren hostil o indeseable.

Sobre esa posibilidad ya alertó Obama para acusar de parafascista el sistema de espionaje electrónico diseñado por Bush, que precisamente es el que usa él ahora para prevenir atentados.

Quizás si hubiera estado operativo el 11M de 2004 habría evitado los 192 muertos de atentados en los trenes de Madrid.

Vistas así las cosas, ¿vale la pena o no el control del Gran Hermano a cambio de una seguridad reforzada, aunque nunca infalible?

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SALAS