El Tea Party es lo que es, y no lo vamos a descubrir ahora. Ya lo hemos reseñado en numerosas ocasiones, Sarah Palin y sus muchachos no ahorran en gasto para sacar de quicio todo lo que no sea retrógrado y pueda considerarse como normal (no digo ya, progresistas).
Y ahí les tienen ustedes, con todo el respeto que los yanquis parecen tener siempre con cuestiones como patria, religión, presidente y bandera, no se paran en nada con tal de denigrar a su enemigo político, “el maligno Obama”.
Una activista, del Tea Party, con responsabilidad en el Partido Republicano, con una gracia colosal, ha hecho un montaje en el que Obama es hijo de monos.
Así están las cosas, ellos pueden hacer o decir lo que les venga en gana –incluso rompiendo tabúes para ellos sagrados-- y luego, ya saben, como política y religión están unidas, se confiesan y tal cual, no ha pasado nada y vuelven a ser “cristianos perfectos”. Por supuesto, sólo están sometidos al juicio de su dios mientras que se permiten ser los jueces de los demás. Esa asimetría tan conocida por nosotros cuando vemos actuar también a la cúpula de la iglesia católica o al partido popular. Tal para cual.
Esto es lo que se lleva en este mundo. Las burradas de una parte son simples fallos técnicos, y se perdonan con ayuda de dios, o no han existido, las de la otra parte son errores incalculables que merecen la pena máxima. Ejemplos los que quieran; seguro que les han venido varios a la cabeza.
Salud y República