No es hermoso esto? Lástima que no tenga nada que ver con la experiencia de algunas personas que conocen de cerca esta organización abortista. Contrasta esta visión idílica con el testimonio de Abby Johnson, ex directora de un centro de Planned Parenthood en Texas y ahora militante pro vida. Esta ha explicado su experiencia en el libro UnPlanned, que acaba de traducirse al castellano con el título Sin planificar.
Abby comnzó a trabajar como voluntaria en Planned Parenthood, allí "no solo se facilitaba control de natalidad, sino que también se hacían revisiones mamarias y de cérvix uterino (...)”. Sorprende la fidelidad de un presidente de gobierno al argumentario de una empresa privada. Su dedicación va en aumento. Le nombran empleada del año. Se sorprende de que también se realizan abortos en avanzado estado de gestación, pero ya se sabe, estos abortos suponen más dinero, entre 3.000 y 4.000 dólares.
En septiembre de 2009, Abby participa en un aborto a un feto de 13 semanas. Es la primera vez que lo hace desde que empezó a colaborar hace ocho años con Planned Parenthood. El médico iba a practicar un aborto guiado por ecografía y necesitaba que Abby sostuviera la sonda sobre la mujer embarazada. Esos diez minutos fueron suficientes para que saltara por los aires la “versión de la empresa” que había repetido ciegamente durante años: lo que estaba en el vientre de esta mujer no era un tejido fetal que nada siente cuando es extraído; era un ser humano luchando por su vida. La experiencia de la ecografía, unido a las presiones de sus superiores para que aumentase el número de abortos en el centro de Bryan, fue el detonante para que Abby se pasara al lado pro vida.
Es la participación en un aborto lo que le falta a Obama para dar este paso? No lo sé, pero lo que si está claro es su posicionamiento en contra de la vida.
Abby Johnson y Cindy Lambert, Sin planificar. El testimonio conmovedor de la ex directora de una clínica abortista en su viaje hacia la vida. Palabra. Madrid (2011). 304 págs. 22 €