En resumen, estos datos demuestran que el consumo excesivo de alimentos agradables desencadena respuestas neuroadaptativas de tipo adictivo en los circuitos cerebrales de recompensa que conducen al desarrollo de ingestas compulsivas. Digamos a modo de prevención y para evitar caer en la obesidad que no hay que repetir excesivamente el consumo de aquellos alimentos que más nos gusten, pero bueno esto ya se sabía o se intuía sólo que ahora se están encontrando las bases fisiológicas que hay detrás de estos comportamientos. Además, y a modo de conclusión parece ser que debajo de la obesidad y la adicción al consumo de drogas pueden subyacer mecanismos hedonistas comunes.
Un saludo