Obiymy Doschu - Son (2017)

Publicado el 26 septiembre 2022 por Moebius

Empezamos la semana con un disco que, si bien desconocido, y de un grupo desconocido, es un gran exponente del arte hecho música. Desde Ucrania presento a Obiymy Doschu con su álbum "Son", un disco repleto de paisajes sonoros creando imágenes y climas, un gran trabajo compositivo que conforma lo que es (casi) una obra maestra. Un álbum que vale la pena escuchar, no solo por la calidad de música y de sonido (hay que pensar que para hacer realidad esto tardaron 8 años, participaron 15 músicos, incluido un cuarteto de cuerdas, 10 ingenieros de sonido participaron en la grabación, que llevó más de 200 horas en siete estudios diferentes en tres ciudades, y por si fuera poco, el álbum fue mezclado por Bruce Soord de The Pineapple Thief) sino porque ha logrado capturar belleza y  majestuosidad conformando un álbum sorprendente. Algo bastante diferente a la mayor parte de la música que has escuchado en tu perra vida, y eso, dicho en un espacio como este (poblado de música extraña), cobra aún más valor. Una maravilla musical de tiempos modernos, cuando aún las bombas no volaban por las cabezas de estos ucranianos. Un trabajo magnífico que te invito a conocer.
Artista: Obiymy Doschu
Álbum: Son
Año: 2017
Género: Crossover Prog
Duración: 72:22
Referencia: Link a Discogs, Bandcamp, Youtube, Wikipedia, Progarchives o lo que sea.
Nacionalidad: Ucrania

"A pesar de lo mucho que nos costó crear este álbum, lo compartimos con ustedes de forma gratuita. A cambio, les pedimos que nos ayuden a ser escuchados compartiendo el álbum con sus amigos personalmente y en las redes sociales, escribiendo una reseña en tu sitio web de música favorito, dejando comentarios y me gusta. No lo lograremos sin vos".

Obiymy Doschu

Voy a hacerles caso, y al contrario de lo que estamos haciendo de un tiempo a esta parte, ahora, y por deseo de los mismos músicos, comparto este disco en este mismo posteo. En honor a ellos, a su talento, a que quizás algunos de estos músicos ya no esté con vida. En honor a la música y al arte y no a las balas y la violencia a la que nos lleva indefectiblemente este mundo incoherente y tan falto de arte. Llegará el día que las guerras se libren con notas musicales, con canciones y no con balas, y los soldados sean músicos y las batallas conciertos y festivales.

El conjunto fue fundado en Kiev, Ucrania, en 2006. En 2009 lanzaron el album "Elehia" donde su música fue descripta como una mezcla entre ambient, new age y rock progresivo, con interpretaciones instrumentales diversas y muy logradas y voces exquisitas, que conforman un despliegue musical de la mejor calidad. Aquí vamos con un trabajo con similares características pero algo más duro, un disco cuyas once canciones conforman el "sueño" (en realidad, la traducción del ucraniano nos dice que este disco debería llamarse "Sueño", pero "Son" esa es la forma más cercana de representar el alfabeto cirílico), y entonces la tapa tiene un poco más de sentido (si esa pobre chica sueña con estar debajo de las autopistas de Ucrania, ni me quiero imaginar si sueña con las autopistas argentinas, sería una pesadilla!).

La música, armonías y melodías son magníficas y llenas de buen gusto, los arreglos son bastantes complejos y en capas (sin ser sofocantes, ya que siempre hay mucho espacio para el despliegue de cada uno de los músicos), por momentos las guitarras son duras y amenazantes (con chillidos de dolor como avecinándose a lo que vendría después pero que ya estaba gestándose hacía tiempo), pero en otros momentos es ligera y fresca, y de transfondo hay algo de música tradicional ucraniana, de la cual no voy a hablar porque desconozco. Las composiciones son complejamente estructuradas y variadas, y los temas suficientemente largos pero variados y bien armados que no podés aburrirte. Y voy con otro comentario que habla de ellos...

En esta ocasión nos vamos a la vecina Ukrania conscientes de que no se llevan muy bien con el vecino invasor y que fueron puteados por el estalinismo sin piedad.
A Ukrania se la llamó el granero de Europa. Un país con unas riquezas naturales impresionantes y unas chicas preciosas que encandilan a los corazones blandos y a los sinfónicos naturalmente. No conozco a ningún sinfónico que no busque la idealización de la mujer imposible y por ello perder la razón. Peligroso veneno y tumba de todo romántico en todos los tiempos y en todas las épocas. La sensibilidad para la música va a la par que la enfermedad del amor. La perfecta enfermedad mental por excelencia. Ukrania fue también la cuna de mi venerado Sergei Prokofiev el único de los grandes compositores exiliados a occidente pero que incomprensiblemente volvió a la Rusia Soviética. Fue recibido primero con honores y héroe de la patria revolucionaria pero puteado y ninguneado por las autoridades soviéticas en muchas otras. A su primera mujer Lina Lluvera, la mandaron a Siberia por ser extranjera y ajena a los intereses del realismo socialista. Todo extranjero en la URSS estalinista era sospechoso de espionaje. Curiosamente ella le sobrevivió. Masoquismo eslavo. Imagino el cuerpo que se le quedo al querido Sergio por su genial idea de volver.
Obiymy Doschu otro nombre complicado de recordar y supongo que de pronunciar se fundaron en Kiev en 2006: Volodymyr Agafonkin vocals, acoustic guitar, Oleksiy Katruk electroguitar, Mykola Kryvonos bass guitar recorder, Serhiy Dumler drums percussion, Maria Kurbatova keyboards, Olena Nesterovska viola, Olexandra Vydrya violin y Hanna Kryvonos back vocals es decir un nutrido grupo de músicos. Volodymyr es el líder y compositor de la banda y voy a definirlos en sus propias palabras: “lo nuestro es música rock poética, sofisticada, pero increíblemente melódica con arreglos de cuerda y elementos de rock progresivo, neoclasicismo, neo folk y post rock” y algo que me encanta de ellos: “si crees que nuestra música tiene algún valor compártela con tus amigos”. Humildad, algo difícil de escuchar en palabras de músicos. Ya no es que su música tenga algún valor es que sencillamente es extraordinaria.


“Elehia” se grabó en 2009 con un maravilloso encarte y portada invernal. Preciosa fotografía y mejor música. Los textos y la voz están en ukraniano y con caracteres cirílicos pero gracias a la traducción que nos ofrecen las nuevas tecnologías se pueden reproducir los títulos. La primera sensación en la escucha es que el espíritu eslavo está muy acentuado y la música es emocionalmente muy intensa. La versión sinfónica progresiva desde el otro lado. La prominente guitarra acústica tocada con pasión y alma y ese neoclasicismo rock en absoluto siniestro o caótico, pero sí amargo lleno de vitalidad y fuerza. La música es hermosa y siempre triste. La tristeza lírica es algo inherente a las gentes del este. Gente habituada al sufrimiento histórico.


La palabra griega “Logos” significaría pues el razonamiento de la lógica pero el “Pathos” hace referencia al sufrimiento humano que deviene de la experiencia. El llamado “Pathos” eslavo es la inmisericordia en el destino. Lo implacable. El dramatismo que imprimen puede acercarse estilísticamente al Crimson primigenio por esas densas capas de orquestación monolítica que los King conseguían tan solo con un mellotrón. Aquí la tela es más gruesa especialmente indicada para gente depresiva que odia la alegría y le gusta retozarse en el fango como éxtasis de placer y sufrimiento.


Tardaron 8 años en grabar “Son” su segundo trabajo en 2017. Un largo programa de composiciones que se va a los 72 mtos. Otra portada esta vez más inquietante pero repleta de refinamiento estético y naturalmente el trabajo es incluso superior al interior. Música de abandono y desesperación al igual que el anterior, algo más agresivo por momentos, pero melódicamente atrayente y doloroso. Música para llegar al placer a través del sufrimiento y con más instrumentación empleada. Más calibre instrumental para ser exactos. Cierta épica siempre vista desde el ángulo de esos países del telón y del frío de las estepas que no siempre concuerda con la épica rimbombante europea. En Europa la épica es de celebración, grandilocuencia, honores o pompa. En otros es guerra, destrucción o desesperación del apocalypsis en paisajes desolados por reacción nuclear.


La música de “Son” es tan hermosa como a veces devastadora. Apela a las profundidades del alma. A los dolores internos de la condición humana. Tampoco ofrece refugio, esperanza o alivio, pero extrae la belleza quizás allí donde no la hay. La voz del cantante es muy personal. El timbre es agradable pero dramático y las melodías son puramente autóctonas, cosa que veremos más adelante en otros grupos como Little Tragedies. La sensibilidad eslava es muy diferente a la nuestra. La tercera pieza “Razom” es cosa delicada y hermosa para esos corazones sinfónicos que buscan princesas ficticias e imaginarias. Qué bonito si fuese verdad… ahhh mierda de mundo falso y mentiroso. Cuanto daño nos hizo Disney en nuestra infancia.

Alberto Torró

Aquí, una enorme muestra de rock progresivo melancólico y conmovedor, que atrae todos los corazones sensibles de todo el mundo, y que invita a que las batallas no se resuelvan con violencia y crueldad. Y para que este puto mundo cambie de una vez por todas, es necesario que habramos nuestros oídos, nuestro corazón, nuestra mente y nuestras manos a estas sensibilidades que nos ahorrarán un suicidio anunciado desde ya hace mucho tiempo. Simplemente disfruten, sueñen, viajen a un mundo con mucho amor y sin balas ni guerra y llevénlo a su vida diaria, seguramente es muy difícil de complir pero al mismo tiempo es una guía en un mundo donde ya no hay referencias. Y una guía exquisita, además!


Cerrando el tema... este es un gran álbum, uno que todos los progheads deberían buscar, conocer, difundir, y no solamente por la música, sino por lo que representa hoy en día haber hecho este arte en un país bombardeado tanto por una potencia extranjera como por el odio neonazi de su propios paisanos. Hoy en día, este disco es todo un símbolo, y su música cobra aún más relevancia.

Así que desde este humilde espacio, nuestro reconocimiento a estos héroes de la cultura y el arte, estén donde estén.

Ahora sí, conocelo, disfrutalo, emocionate, y difundilo, como lo querían (o quizás quieren, hablando en presente) los músicos.

Pueden escucharlo desde su espacio en Bandcamp:
https://obiymydoschu.bandcamp.com/album/son
 Lista de Temas:
1. Ostannya Myt (The Last Moment) (8:36)
2. Kryla (Wings) (10:10)
3. Razom (Together) (7:33)
4. Temna Rika (The Dark River) (11:09)
5. Nazustrich Tyshi (Facing the Silence) (4:10)
6. Kimnata (The Room) (5:13)
7. Interludiya (Interlude) (1:13)
8. Son (Dream) (7:12)
9. Zemle Moya Myla (My Dear Land) (5:07)
10. Novyi Pochatok (A New Beginning) (4:34)
11. Yanhol (Angel) (7:25)
Alineación:
- Volodymyr Agafonkin / vocals, acoustic guitar, composer
- Oleksiy Katruk / guitar
- Yevhen Dubovyk / keyboards, piano
- Olena Nesterovska / viola
- Mykola Kryvonos / bass, chorus vocals (9), percussion (10)
- Yaroslav Gladilin / drums, percussion
With:
Olga Skripova / lead (11) & backing vocals
Aleksandra Kryvonos / choir vocals (9)
Maxym Homyakevych / choir vocals (9)
Sergey Grizlov / solo guitar (11)
Boris Khodorkovskiy / saxophone, flute
Kyrylo Bondar / violin
Anastasia Shypak / violin
Andriy Aleksandrov / cello (1,2,4,5,9,10)
Artem Zamkov / cello (1,3,4,11)