Ya estamos entrando en la segunda quincena de Mayo y el tiempo empieza a ser bastante caluroso, por lo memos por el centro de España
Pero antes de ponernos al sol debemos preparar nuestra piel para esa primera exposición. Durante el invierno hemos tenido la piel de TODO nuestro cuerpo tapadita con ropa y casi no le ha dado el Sol. Por consiguiente, esa primera exposición al sol va a ser crucial.
Los rayos ultravioleta UVA penetran hasta las capas más profundas degradando las fibras de colágeno y elastina. Y los UVB son los responsables de rojeces y quemaduras penetrando en la epidermis inflamando las células. Sí, estos rayos UV producidos por el sol causan la mayoría de los cánceres de piel y aceleran el proceso de envejecimiento prematuro de la piel.
Tenemos la piel del rostro. La cara siempre es la parte de nuestro cuerpo que más se expone a las inclemencias meteorológicas. Y aunque ha estado más o menos expuesta durante el Invierno, la fuerza del sol en esta época es muy diferente.
Por ello es aconsejable realizar una exfoliación periódica durante todo el año. Si de repente te has dado cuenta de que no te has hecho ninguna (o muy pocas) durante el invierno, te aconsejo visitar a tu centro de belleza favorito y hacerte una buena limpieza en profundidad.
Si, eres como yo de las que te has estado haciendo exfoliaciones periódicas, la limpieza en profundidad es opcional, aunque aconsejable. Y por supuesto debes hacerte una buena exfoliación unos cuantos días antes de la exposición directa al Sol.
Si tienes la piel sensible me leerás y pensarás que vale, vale, lo que tú quieras
Pues este paso es muy importante para no tener “sobre” la piel ninguna impureza que pueda ampliar ese rayo de sol y queme la superficie produciendo las temidas machitas. Apunta: exfoliación unos días antes de irte de escapada.
Pero no lo dejes ahí, sigue exfoliando periódicamente durante el verano que ello no hace que se te quite el moreno, ¿vale? Eso es un mito.
Después, hidratación, hidratación e hidratación, tanto por dentro como por fuera. El sol consume todas nuestras reservas de hidratación por eso debes estar a tope de ellas. Bebe agua con regularidad y utiliza una crema hidratante adecuada a tus necesidades. Apunta: hidratación intensa todo el verano.
Tanto para la playa, montaña como para ir a trabajar en la ciudad necesitas proteger la piel del rostro. Elige el protector solar adecuado para cada ocasión, aunque yo siempre me decanto por una protección de amplio espectro y de SPF50 (para mí Bella Aurora es la marca) Si eres de las que no utiliza protección solar durante el invierno es muy importante empezar en esta época con una buena rutina de protección específica diaria para que tu rostro no sufra al recibir los rayos solares.
Apunta: Protección específica. ¡Practica el Bronceado Inteligente!
La piel de las extremidades: piernas y brazos. La piel de esta zona es menos delicada pero no por ello debemos olvidarla. Realizar exfoliaciones periódicas y una hidratación intensa también es aconsejable.
Otra zona problemática es la piel de los codos que se queda reseca y con durezas. Ver si necesitamos mayor hidratación o un tratamiento específico.
Podemos utilizar autobronceadores (o Rayos UVA) para las primeras faldas o vestidos sin medias y mangas cortas. Para ello debemos tener la piel lo más sana posible pues cuanto más nutrida y elástica está la piel mejor se distribuirá el autobronceador y más luminoso será el resultado final.
Los autobronceadores van a aportar un bonito tono y cuando vayas a la playa no te verás tan blanca al ponerte en bañador o bikini. Te gustarás más. Si quieres algún consejillo más puedes leer el post «Truquillos para no parecer blanca al principio del verano”
La piel del resto del cuerpo: La piel del resto del cuerpo es la que más tiempo ha estado tapada durante todo el invierno por lo que estará muy sensible a la hora de exponerla al Sol. Para esta piel es muy importante hacer esos primeros pasos comentados en el primer apartado.
Y cuando vayas a exponer esta piel al sol directo (playa o montaña) debes prestar especial atención a la protección. Debemos utilizar una protección solar específica para cada zona de la piel, pelo y labios que se adapte bien al tipo de piel. La aplicación debe repartirse de forma uniforme y generosa por la piel a proteger una media hora antes de la exposición solar. Reaplicar la protección cada dos horas o después de baños prolongados y sobre todo si te secas con una toalla. Y nunca dejes de utilizar protección solar aunque ya estés morena o ese día esté nublado.
Así que apunta: exfoliación, hidratación, protección específica.
Los pies. Estos son los grandes olvidados durante el invierno y cuando los destapamos, nos quitamos las medias y calcetines, de repente nos damos cuenta de que tenemos callos, durezas, rugosidades, piel agrietada, etc.
Cuando nos ponemos nuestras primeras sandalias, los talones son los más chivatos
Cuidados en casa podemos empezar con exfoliaciones intensas, piedra pómez y maquinitas para limar durezas e hidratar intensamente. Pero hay que ser constantes pues necesitaremos unas cuantas sesiones hasta que veamos los resultados. O también podemos ir a un centro de belleza y a que nos lo hagan que da un gustito que no veas
Puedes pasarte por el post “pies perfectos todo el año” para no tener sorpresas
Así que apunta: eliminación de impurazas, exfoliación, hidratación, protección específica.
Aunque he ido por partes ya os habréis dado cuenta de que los cuidados siempre son los mismos: eliminar suciedad (exfoliación), hacer que la piel esté elástica (hidratación y nutrición) y que no sufra (protección). Estos son los cuidados externos, pero también debes hacerlo internamente bebiendo agua suficiente, comiendo variado y preservar la tonicidad olvidándote de los ascensores y escaleras mecánicas.
Estos son mis consejos para llegar al Verano bella y con ganas de disfrutarlo a tope