Si uno no nació ni se crió para ser ciclista de élite –algo que ocurre en la mayoría de los casos- pero no se priva del placer de practicar ciclismo –el deporte más bello del mundo-, sepa el mundillo aficionado no se termina con la retransmisión del Tour y la Vuelta por televisión. Por el contrario, el abanico de competiciones es abultado para el amateur, que a fin de cuentas es capaz de subir a un ritmo los puertos –al que sea- y competir, aunque sea contra uno mismo.
Hay a quien le basta con entrenarse, pero si usted puede dar un paso más y apuntarse a carreras y marchas cicloturistas no se lo piense. ¿Por qué? Porque siempre se mejora compitiendo, porque aprenderá de sus contrincantes, porque es agradable ver nuestros progresos sobre la bici y por muchos otros factores como son la sana rivalidad, el compañerismo…
Llegados a este punto, hay que gestionar bien los objetivos y no obsesionarse con ellos porque entre la fijación enfermiza con un reto deportivo y la decepción media una delgada línea roja. Aquí va un modesto y brevísimo manual psicológico para encarar una serie de metas por temporada sin hartarse en el intento.
Ponga una equis en el calendario y actúe en consecuencia. ¿Qué quiere decir esto? Entrénese, porque se trata de abordar un objetivo de la mejor manera. No le valdrá de nada matarse las semanas previas, porque una buena competición se prepara como mínimo con una buena hornada de meses vista. Si en muchas ocasiones le asaltaba la vagancia, ahora no tendrá excusa. Cuídese, prepárese adecuadamente y a por todas
¿Objetivos imposibles? ¿Para qué? La modestia, que se sepa, continúa siendo una virtud. De la misma manera que un objetivo impreciso y vaporoso puede hacer que usted no se tome nada en serio, sea realista y propóngase metas realizables de acuerdo con su estado de forma. ¿Qué se le ha quedado pequeño el reto? Ya verá qué placer le producirá entonces el apuntar más alto.
¿Objetivos inamovibles? Alejandro Valverde es uno de los mejores corredores de la historia nacional. El murciano siempre que puede apunta al Tour de Francia y, por circunstancias ora endógenas (pájara) ora exógenas (caídas) nunca ha estado en el podio. Un accidente o una mala racha física también pueden arruinar nuestras expectativas de la temporada, pero eso no debe de ser óbice para rendirnos ni para rediseñar los objetivos. ¿Sabía usted que Valverde cuenta en su haber una victoria y cinco podios en la Vuelta y seis medallas en los mundiales, ambos disputados después del Tour?
Divida el objetivo. Fijarse un reto se prepara con mini-retos: si por ejemplo uno prepara con ahínco una competición concreta, deberá competir previamente en otras pruebas. A veces ocurre que alcanzamos el pico de forma en estas pruebas. Pues… ¡no se estrese, siga el consejo anterior de flexibilizar el calendario y aproveche ese estado físico!