¿Qué persigue la Banca Ética? En líneas generales, la Banca Ética tiene como objetivo, por un lado, ofrecer servicios y/o productos financieros a personas o a colectivos excluidos del mercado y , por otro lado, permitir a sus ahorradores depositar su dinero en inversiones éticas.
Además, debemos añadir dos objetivos específicos:
El primero es financiar actividades económicas que tengan un impacto social positivo. Apoyar proyectos sociales, culturales y/o ecológicos y poner los recursos al alcance de personas socialmente excluidas o personas que no tienen acceso a la financiación de los bancos.
El segundo es obtener recursos económicos que permitan el crecimiento, la inversión y la reinversión económica, respetando una serie de criterios éticos.
¿Qué principios vertebran la Banca Ética? La Banca Ética se articula entorno a 5 principios básicos:
Derecho al Crédito: El acceso al crédito es concebido como un derecho humano básico. Todos tenemos el derecho a acceder al crédito indistintamente de nuestras circunstancias económicas. La Banca Ética concede créditos a personas desahuciadas por la banca tradicional en forma de microcréditos.
Máxima transparencia: Afecta a todas las operaciones de la Banca Ética. Es un requísito imprescindible para cualquier actividad financiera. El cliente debe saber en qué se invierte su dinero.
Responsabilidad: La actividad financiera debe regirse por la máxima transparencia ética y por la máxima responsabilidad social y medioambiental. Los criterios éticos deben estar presentes en toda decisión financiera.
Participación: La Banca Ética fomenta la participación de los ahorradores junto a los socios en la toma de decisiones, con independiencia del dinero invertido en el banco.
Economía real: La Banca Ética sólo invierte en economía real. Por economía real considera la economía no especulativa, es decir, la que genera directamente bienes o servicios.