Y es que a partir de ese momento se dispararon las especulaciones: que se hallaba enterrada, como si de una pieza arqueológica se tratara, en el mismo terreno de la nave, que unos chatarreros con mucho ingenio la habían ido despedazándola poco a poco y la habían vendido, que había sido escondida por el propio artista o que había sido retirada por algún coleccionista muy rico que actualmente la exhibía a sus amistades en alguna de sus propiedades. La realidad es que a día de hoy la escultura no ha aparecido y en el Reina Sofía se exhibe una réplica en una sala que seguramente incrementará sus visitas después de la publicación de esta interesante obra de Juan Tallón.
Hay que decir que, aunque se basa en una noticia real, Obra maestra no es exactamente un ensayo, - el autor la califica como una mezcla constante de imaginación y realidad- sino más bien una obra literaria y especulativa que da voz a personajes reales y a otros quizá inventados, que ofrecen sus versiones de lo sucedido o detalles acerca de hechos relacionados. Así se consigue un retrato muy preciso del funcionamiento de las instituciones de este país, de la ineficacia en ocasiones de los procedimientos burocráticos, de la lentitud de la justicia y del trabajo policial, además de ofrecernos detalles de la gran estrella del libro, el prestigioso artista Richard Serra, un hombre que ha ido creando esculturas de acero - con una técnica que se mueve entre lo industrial, lo artesanal, lo artístico y lo empresarial - en grandes ciudades del mundo y que tiene una especial vinculación con nuestro país.
Aunque se pueda hacer sangre de la ineficacia institucional de nuestro país a través de este insólito caso, tampoco creo que esa sea exactamente la pretensión del libro de Tallón. A él lo que le interesa sobre todo es recoger un gran número de voces en torno a un gran misterio, discursos que son inventados por el autor, pero que poseen la característica común de la verosimilitud, porque reconocemos en ellos a distintos tipos de ciudadanos con diversos grados de responsabilidad en el asunto. En este sentido Obra maestra tiene mucho de literatura experimental, por mucho que el lector no la sienta como tal cuando se encuentra entre sus páginas.