Así, para su último cumpleaños, Sarah regaló a su hija un controvertido cheque por valor de 6.000 dólares para hacerse un aumento de pecho.
Ahora, con motivo de las fiestas navideñas, el regalo ha sido otro talón, esta vez de 7.000 dólares, para someterse a una liposucción, según publica el Daily Mail.
Según ha declarado la propia Sarah al diario, "no hay nada malo" en el obsequio ya que "es muy útil para ella".