Observa y opina: Las críticas

Por Ignacionovo

Autor: Elbert Hubbard.

'No leo las criticas. Cualquier comentario negativo es malo. Tengo como prioridad ser feliz y no quiero que nada afecte a mi burbuja. No se puede vivir así'.

Esta declaración de la actriz y cantante estadounidense Taylor Swift, llamó mi atención. Creo que a Taylor, y a pesar de su forzada pose, le interesan bastante las críticas. No es indolencia, es desencanto y miedo.

Ella misma nos da la clave, aunque creo que equivocada, al final de su declaración: no se puede vivir así. ¿Cómo? ¿Sin críticas?

Cuando desarrollamos una labor, y más si esta es pública, es imposible permanecer ajenos a la evaluación ajena. Y lo más adecuado es tratar de entender y asumir lo que los otros quieran decirnos y extraer alguna consecuencia de ello, si se diera el caso, para enfocar mejor el objetivo la próxima vez.

Duele la crítica cuando la sentimos como un ataque personal, siendo incapaces de discernir y delimitar claramente que no se nos está juzgando a nosotros, sino lo que hacemos. Tener claro esto es esencial.

Pongámonos del lado del criticado que ha puesto su mejor empeño y comprueba como ese esfuerzo, lejos de ser reconocido, es destruido y a veces de manera muy poco compasiva, por alguien que ignora el mínimo trasfondo y todo el despliegue de ganas y de pasión invertidos en la tarea. Visto así, puede resultar descorazonador y frustrante.

Pongámonos ahora del lado del crítico cuya labor es sólo determinar si lo que ve, escucha o lee, le gusta o no, no entrando a evaluar cuánto ha costado erigirlo o qué emociones se han puesto al servicio del proyecto o que triste vida de sufrimiento se ha llevado hasta lograr hacer lo que hemos hecho. Simplemente observa y opina. Sin más. Cualquier persona lo hace numerosas veces todos los días y constantemente estamos decidiendo lo que nos agrada o nos molesta en la vida y entonces, ¿por qué enfadarse?

No gustamos, ni gustaremos nunca a todo el mundo. Habrá gente con la que compartiremos una visión del mundo y de su contenido con una sensibiliad y emociones paralelas o muy cercanas y otra gente con la que no tenemos nada en común y que están y estarán en las antípodas de nuestro sentimiento. Si sólo se esperan elogios, compremos las conciencias y las voluntades, ya que será la única manera de asegurarnos la unanimidad.

Por cierto, una alabanza no ayuda nunca a mejorar porque engorda fatalmente el ego, pero una crítica señala y advierte que puede haber algo mal, lo que nos obligará a revisarlo y a enmendarlo, si procede.

Y por último, ¡sentido del humor!, que es el mejor bálsamo para sobrellevar cualquier crítica. Tengamos siempre presta la sonrisa, sin sarcasmo y tratando de ser benevolentes con el critico y con nosotros mismos... porque se trata de sonreír cuando más duela, no lo olvides.

Reflexión final: "Las críticas no serán agradables, pero son necesarias." (Winston Churchill)