Revista Salud y Bienestar

Observaciones al protocolo sedación/analgesia con ketamina para procedimientos obstétricos de una reconocida ONG de ayuda humanitaria internacional (1ª parte)

Por Lemalpartida

Observaciones al protocolo sedación/analgesia con ketamina para procedimientos obstétricos de una reconocida ONG de ayuda humanitaria internacional (1ª parte)
Hace muchos años no existían las especialidades quirúrgicas. El cirujano general era -como su calificativo lo indica- traumatólogo, urólogo, ginecólogo, otorrinolaringólogo y anestesiólogo; operaba de todo y él mismo administraba la anestesia y/o se valía de un médico general o un(a) enfermero(a) para que aplique las inyecciones que duerman al paciente y controle pulso, presión arterial, respiraciones, etc. Está claro que no se contaba con la calidad quirúrgica ni anestésica que brindan los médicos cirujanos especialistas hoy en día. Cuando iniciaba mi residentado en anestesiología en 1994 aún en algunos hospitales de mi país la anestesia era administrada por enfermeros debido a la escasez de médicos anestesiólogos.
Nadie discute hoy el trascendental rol del anestesiólogo dentro y fuera del quirófano y los pacientes se interesan cada vez más en recibir una anestesia segura y confortable.
El protocolo de anestesiología en obstetricia de una reconocida ONG de ayuda humanitaria internacional nos hace retroceder hasta esos duros años en que la anestesia era insegura, de pésima calidad y administrada por improvisados. ¿Es justo que pacientes del Tercer Mundo se perjudiquen por esta inaudita política so pretexto de la escasez de anestesiólogos? ¿Dónde quedó la ética? ¿Brindarían este mismo tipo de atención a pacientes en Lieja, Brujas o Lovaina?
No está claro si el protocolo está dirigido a anestesiólogos o a no-anestesiólogos (médicos generales o enfermeros). En el caso que sea para los primeros, se incumple el viejo postulado de que "la anestesia es un arte". El anestesiólogo experto y calificado no solamente puede trabajar en cirugías complejas con maquinaria sofisticada, sino también lograr brindar la mejor anestesia con los mínimos recursos. En caso de que esté dirigido a los segundos, es inconcebible y contra la ética poner la vida de pacientes de condición humilde en manos de improvisados.
Observaciones al protocolo sedación/analgesia con ketamina para procedimientos obstétricos de una reconocida ONG de ayuda humanitaria internacional (1ª parte)
Así como es imposible que médicos generales y enfermeros aprendan a realizar correctamente una apendicectomía observando operar a un cirujano en el terreno durante tres meses, es también imposible que los mismos puedan administrar una anestesia segura tras observar en las mismas condiciones a un anestesiólogo especialista; peor aún, instruyéndose a través de un protocolo con múltiples defectos.
Los habitantes del Tercer Mundo no nos merecemos esta anestesia de tercera categoría, amigos anestesistas de ONGs de ayuda humanitaria. Los favores se hacen completos. De lo contrario, es mejor no hacerlos.

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