Actualmente las obsesiones están a la orden del día. Muchas de estas son cada vez más estúpidas y sin sentido alguno, pero el mundo cambia muy rápido y las obsesiones cambian con él y aparecen nuevas y algunas que nunca pensamos que podían existir. Algunas de estas obsesiones acaban convirtiéndose en necesidad y dependencia. Un ejemplo de estos, que estamos cansados de escuchar en las noticas o en la radio o de ver artículos en periódicos y revistas, es la creciente obsesión al móvil.
Y es que hace unos años esto nos podría parecer una tontería sin importancia, pero cada vez son más y a edades más tempranas lo que sienten una dependencia hacia los teléfonos móviles. Según numerosos estudios, más del 70% de los adolescentes entre 14 y 22 años, sufren dicha dependencia, y solo un 2% de chavales de este rango de edad, admite que podría aguantar un día sin coger su dispositivo móvil. Y es que estas cifras cada vez asustan más, ya que, en los últimos dos años, la obsesión hacia los móviles ha aumentado un 75%.
Pero esta obsesión ha dejado de ser únicamente una obsesión para adolescentes, sino que también son cada vez más la gente adulta que necesita hacer uso diario de esta tecnología y que se sienten desnudos sin ella.
Gran culpa de estas obsesiones se debe al consumo de las redes sociales. Las redes sociales han dejado de ser un simple instrumento para comunicarse, sino que cada vez son más las redes sociales emergentes y cada vez más los servicios que ofrece, que obligan de una manera al consumidor a estar 24 horas conectados para no perderse ningún detalle de ninguna noticia de cualquier amigo o famoso, que como al igual que ellos, publican todo tipo de contenido y de información en las redes, cosa que como todos sabemos, es mal utilizada por algunos para cometer ciertos tipos de crímenes cibernéticos como el robo de cuentas y un chantaje para poder recuperarlas, aunque visto lo visto, más de uno sería capaz de dar su vida por ellas.