España acaba de suspender nuevamente el examen de su sistema educativo, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que también elabora los informes PISA en los que España está a la cola de sus 34 países miembros.
En síntesis, ratificó que la enseñanza española sigue siendo ineficaz: fabrica fracasados incluso en primaria y secundaria, crea universitarios innecesarios y no multiplica la Formación Profesional.
A quien aprueba la OCDE es al ministro José Ignacio Wert, el menos popular del Gobierno, porque propone exigir esfuerzo, becar a los universitarios que obtengan 6,5 puntos, y por querer potenciar la enseñanza profesional.
Las calabazas se dirigen insistentemente al sistema educativo creado en los 1980 por los socialistas que, para lograr la igualdad, quiso que todo español fuera universitario.
Así creó una burbuja de titulaciones y universidades endogámicas y mediocres que hizo fracasar la formación profesional, la que da trabajo, buenos salarios y prosperidad nacional.
Mientras, sigue fabricando titulados, futuros desempleados: sólo un ejemplo, nadie podrá darle trabajo nunca a los 55.000 estudiantes de periodismo que hay actualmente.
La OCDE acaba de emitir un informe que señala que el coste por alumno en España es el 15 por ciento superior a la media de la UE, los profesores cobran más, hay menos alumnos por aula y los resultados son de los peores.
España tiene demasiados licenciados, pocos técnicos y cuadros medios, y muchísimas personas que dejan de estudiar sin haber concluido las obligatorias EGB y ESO.
Es que aquí es lo mismo que el estudiante estudie o no, según la pedagogía pseudoprogresista en boga, que señala que exigir esfuerzo obedece a doctrinas reaccionarias de una derechona que sólo busca la competitividad para explotar a los jóvenes, especialmente si son pobres.
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SALAS