Esas caras lo dicen todo: ¡no son cubanos!
Max Lesnik.– A mi me causa risa más que indignación, cuando leo en la prensa o veo en la televisión local de Miami a alguno que otro de estos legisladores de origen cubano, rasgarse las vestiduras diciendo que el Presidente Barack Obama no había consultado con ninguno de ellos sobre su nueva política hacia Cuba tendiente a restablecer relaciones normales con la isla después de más de medio siglo de errores y fracasos, que a final de cuentas resultaron que quien ha quedado aislado en el continente ha sido Estados Unidos y no la Revolución cubana.Lo primero que hay que definir es la nacionalidad verdadera de estos ocho “camajanes” – tres Senadores y cinco Congresistas- que proclamándose cubanos dicen tener derecho como tales a dictar pautas al Presidente norteamericano de esta nación sobre cómo conducir la política exterior de su gobierno con respecto a la vecina isla caribeña.
En primer lugar hay que tener en cuenta que para ser Senador o Congresista de Estados Unidos, hay que ser ciudadano legal de este país sin que el origen nacional del individuo en cuestión determine su conducta puesto que en política exterior, no se puede ser leal a dos banderas a la vez.
Si a la hora de buscar votos y dinero para hacer sus campañas políticas se envuelven en la bandera cubana para embaucar a sus electores, lo cierto y lo concreto es que cuando juran sus cargos en el capitolio de Washington lo hace como norteamericanos y no como cubanos, puesto que de lo contrario tendrían que inscribirse ante el Departamento de Justicia como “Agentes extranjeros”.
Por otra parte ¿por qué tendría que consultar el Presidente de Estados Unidos sobre la nueva política de sus gobierno hacia Cuba con unos legisladores que se proclaman cubanos anti-castristas y que como tales nunca estarían de acuerdo con los planes de la Casa Blanca?. Sería de tonto que el Presidente Barack Obama le revelara sus planes de cambio de política hacia Cuba a quienes por razones muy egoístas y nada patrióticas en ningún momento estarían de acuerdo con el mandatario norteamericano porque con ello estarían perjudicando sus plataformas electorales diseñadas para halagarle el oído y los bolsillos a sus electores recalcitrantes de la extrema derecha de Miami.
¿Qué son en definitiva estos ocho Jinetes del Capitolio de Washington? ¿Son cubanos o son norteamericanos? ¿O acaso ninguna de las dos cosas?. Por lo menos eso creo yo.
“EL DUENDE”/RADIO-MIAMI/CONTRAINJERENCIA