Ocho consejos para circular en bicicleta por Ámsterdam sin morir en el intento

Por Rafael @merkabici

Más bicicletas que personas, carriles bici por todas partes, una masa ingente de turistas que muchas veces la ciudad no puede absorber… No, para mí Ámsterdam no es la ciudad más fiendly sobre la bicicleta: me parecen más cómodas Rotterdam, Eindhoven o Maastricht, otras tres ciudades neerlandesas sin el turismo atronador de la urbe de los canales.

En Ámsterdam, el 40% de los desplazamientos se realiza en bicicleta (¡y el otro 40% en transporte público: un saludo al coche!). Y tú, turista que vas por primera vez con la intención de visitar algún museo, pasear tranquilamente y fumarte un porro de marihuana, tienes que saber que la circulación no es fácil entre amsterdamers y visitantes. Aquí va una guía práctica para que sobrevivas a esta ciudad sobre el sillín.

Nos hemos ahorrado algunos consejos: todo el mundo sabe que en Ámsterdam hay tranvía, y que por ende necesitas tener cuidado con los raíles para no meter tu rueda dentro (y pegarte un trompazo morrocotudo). Pero todavía hay más sustos. Aquí pretendemos ayudarte a evitarlos. Al fin y al cabo, Ámsterdam se ve en dos días como máximo (menos si la surcas en bicicleta).

1.- Señala con la mano cuando gires o frenes. No es necesario hacer grandes aspavientos ni hacerlo con mucha antelación, pero en Ámsterdam se circula rápido. Mucho. Mejor prevenir al que tengas detrás (porque vas a tener a alguien detrás casi siempre). Si te paras, intenta hacerlo donde puedas salirte del carril bici para no molestar.

2.- Giros: ante la duda, tira: tienes que girar al carril izquierdo y vas por la derecha. Detrás llevas bicicletas, delante también, apenas cinco metros de distancia por ambos lados. ¿Qué haces? Pues lo que hace todo el mundo: gira. El de delante se frenará, el de detrás te respetará. En cambio, si te paras es cuando la lías. Ante la duda…

3.- Bájate en las calles libres de bicis. Son pocas, en el centro apenas las muy transitadas Leidsestraat y Kalverstraat. Los holandeses son tan metódicos que es raro que no te alerten de que tienes que bajarte, a veces con un humor de perros. Sin embargo, son tramos que debes respetar, nada que ver con la prohibición de circular en las calles peatonales que se produce en Vitoria, un error garrafal por parte de este Ayuntamiento. En Ámsteram las calles libres de bicicletas representan el 0,01%.

4.- Lleva luces de noche (blanca delante y roja detrás)- lógico. Que la ciudad esté atravesada por carriles-bici no quiere decir que no debas facilitar la visibilidad a peatones, ciclistas o coches. Las venden por dos duros en los supermercados si tu bici no es holandesa y carece de dinamo. Por cierto, de día los coches suelen circular con las luces puestas en los Países Bajos.

5.- La prioridad en intersecciones, para el de la derecha. Sucede como con los coches, a no ser (importante) que haya una indicación: y esto último, la indicación de ceda el paso, es a lo que estamos acostumbrados en España. ¡Así que ten cuidado porque en Holanda no siempre es así!

6.- No abuses de las drogas. Que sí que estás en Ámsterdam, la supuesta capital del vicio (luego resulta que no es para tanto, y que es más divertido pasear por sus calles y quedarse anonadado con la belleza de sus casas). ¿Que te apetece ir a un coffee shop y liar un canuto, todo de manera legal? Tú mismo, pero entonces intenta no coger la bici. Evita el barrio rojo de Ámsterdam con el velocípedo, simplemente porque está tan transitado que con la bicicleta solo molestarás a los demás.

7.- Aparca seguro. Sobra decirlo: en Ámsterdam hay más bicis que aparcamientos, así que una farola o cualquier valla estará bien. Échale el candado y casi seguro no te la robarán. No lo eches, y casi seguro te la birlarán. Hay auténticas bandas especializadas en el hurto de bicis.

8.- Respeta al peatón. No, en Ámsterdam no se le respeta, y éste muchas veces es un argumento que utilizan los anti-carril bici. A mí no me convence como argumento: prefiero que mi ciudad en España tenga el mismo movimiento que Ámsterdam a cambio de un pelín más de precaución por parte de los transeúntes que lo que hay ahora, ciudades sin bicis con la honrosa excepción de Sevilla (y Zaragoza). El peatón siempre va a perder si se fomentan las infraestructuras ciclistas pero tu deber es respetarle. En un paso de cebra, él tiene prioridad. Si el semáforo está en rojo, no te lo saltes. En Ámsterdam viven niños, sobre todo fuera del centro, y alguno se puede escapar al carril-bici. Frenar no cuesta nada, ni en el coche ni en la bici.