Buscando cosas bonitas y curiosas es como descubrí la maravillosa idea que tuvo Raquel
La propia editorial cuenta como surgió la idea: «Cierto día Raquel realizó un juego-experimento con sus hijos: escribió un cuento y lo dividió en ocho partes. Dibujó la ilustración de la historia en una gran cartulina y la dividió en otros ocho fragmentos. Posteriormente transcribió cada entrega del cuento en la parte trasera de cada trozo de ilustración y las fue enviando por correo a sus hijos, una cada día. La experiencia fue reveladora para Raquel e inolvidable para sus hijos. Durante ese tiempo los niños (y el cartero) estuvieron expectantes con el desarrollo de la historia, no veían el momento de que llegara el correo a casa, encantados con el misterioso desarrollo de la trama (que, sabiamente, la autora supo dividir en los momentos clave) y con el deseo de ver completa la ilustración de la historia».