Conversando hace unos días con un buen amigo, surgió una discusión interesante en la que mencionábamos que mucha gente, pasa la mayoría del tiempo preocupándose por las cosas, en vez de ocuparse de ellas.
Inmediatamente me surgió la idea de escribir un artículo sobre ello, y quizás muchos piensen que es obvio la diferencia entre ocuparse y preocuparse y que no es necesario todo un artículo para ello, pero como veremos a continuación, influyen factores psicológicos, que convierten al tema en algo realmente interesante.
La cuestión es que nuestra mente tiene la increíble capacidad de inventar todo tipo de historias –incluso muchas veces ficticias– sobre lo que podría ocurrir si tomamos determinadas decisiones.
Lo cierto sin embargo, es que muchos de los problemas que tenemos en nuestra vida, ni siquiera ocurren, y es precisamente por estar preocupados por ellos.
No digo que vamos a cerrar los ojos ante el “realismo” de nuestra situación, a decir que todo anda bien y a quedarnos quietos ante lo que nos aqueja. Pero si es importante en ocasiones darle cierta madurez a nuestros análisis y conclusiones sobre el presente y el futuro de nuestras acciones.
Ocuparse
Quizás si existe algo de lo que se trate este blog, es de ocuparse.
Hablamos todo el tiempo de fijarse metas y llevarlas a cabo correctamente. De realizar planes para nuestro desarrollo personal, de tomar nuestras propias decisiones, de controlar nuestra mente inconsciente y de fortalecer nuestra relación con nuestro entorno y quienes nos rodean.
Todo esto forma parte de ocuparse, el simple hecho de estar al frente del timón de nuestra vida, de controlar el rumbo de nuestras acciones con determinación y firmeza, sin importar lo que piensen o digan otros al respecto.
Muchas veces tendremos que incluso desilusionar a muchas personas en este proceso, debido a que no todos los seres humanos percibimos al mundo de la misma manera. Lo que es bueno para algunos es un desastre para otros.
Ocuparse vs. Preocuparse
Preocuparse
Preocuparse por otra parte, es algo natural en nosotros los seres humanos y en muchos animales, de hecho.
Es quizás el resultado de que todavía existan mecanismos reactivos naturales que se encuentran obsoletos debido a la lenta evolución que ocurre en nuestro aprendizaje como especie.
Técnicamente, preocuparse es: Pre-Ocuparse. Es decir, si fuésemos optimistas, diríamos que preocuparse es bueno porque tomamos acción y planeamos –antes de.
Sin embargo esto no es cierto para el sentido estricto de la misma palabra. En realidad lo que ocurre cuando nos preocupamos, es que nuestro cerebro completa la escena sin haberla siquiera vivido.
Esto ocurre por ejemplo cuando una persona duda de su pareja, y al preocuparse, antes siquiera de conocer la verdad, se forma una historia completa basada en los celos y esto hace que su actitud cambie e incluso que se generen roces y hasta el rompimiento de la relación.
Muchas veces nos preocupamos tanto que nuestras preocupaciones se vuelven realidad, este es quizás el caso más irónico de todos, porque refuerza nuestra creencia de que al preocuparnos tenemos razón.
Pero si lo analizamos desde el punto de vista de la Ley de la Atracción, tiene mucho sentido que esas preocupaciones se conviertan en nuestra realidad, simplemente por el hecho de que nos enfocamos con mucha pasión en lo malo y lo interiorizamos todo el tiempo, al punto de que eso es lo que terminamos atrayendo a nuestras vidas.
Recuerda que todo lo que ocurre en tu vida ha sido decisión tuya. Tanto lo bueno como lo malo lo has atraído hacia ti y lo seguirás atrayendo.
Recomendaciones
Si realmente quieres forjar un mejor futuro, deja de preocuparte. Las preocupaciones no son famosas por resolver problemas, lograr el éxito y llevarnos a nuestro desarrollo personal. Son famosas por ponernos en un estado negativista, llenarnos de malas expectativas y entonarnos en una frecuencia de fracaso y no de éxito.
Si te encuentras preocupándote por algo ¡Detente!
Deja de preocuparte y ocúpate.
Si tienes un problema que te aqueja, en vez de ponerte a pensar en todo lo malo que podría ocurrir a raíz de dicho problema, diseña un plan de acción para minimizar su impacto, tomar una lección para tu propio aprendizaje y evitar cometer el error alguna vez en el futuro.
Piensa en el Desarrollo Personal como un atajo a ocuparte de lo que te preocupa, el día que dejes de preocuparte, notarás la increíble diferencia. No forjarás un mejor destino preocupándote. Sólo forjarás una mayor cobardía dicha actitud.
autor Juan Sebastian Célis Maya
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