Unos proponen unas cosas y otros las contrarias, unos dicen negro y otros blanco, los de aquí plantean sacar las pensiones no contributivas del sistema y los de más allá financiarlas con impuestos. Lo cierto es que, lo que se dice acuerdo y consenso sobre algo tan delicado como lo que van a recibir los futuros pensionistas por sus cotizaciones de años de vida laboral, ni está ni se le espera. Ahí está, sin ir más lejos, el famoso Pacto de Toledo: un año largo llevan ya reuniéndose sus integrantes y a fecha de hoy no se conoce una triste propuesta medianamente articulada sobre cómo garantizar que las pensiones públicas sigan siendo dentro de unos años uno de los pilares básicos del cada vez más escuchimizado estado del bienestar. Para terminar de arreglarlo, la lenguaraz y sin par diputada del PP que lo preside, la inefable Celia Villalobos, acaba de soltar la especie de que hay gente que se pasa más tiempo cobrando pensión que trabajando. Y luego, como quien no quiere la cosa, lanzó un mensaje de advertencia a los maduritos de entre 40 a 50 años para que ahorren ante el incierto y oscuro futuro de las pensiones. Una patochada más de alguien que tendría que demostrar más prudencia, aunque eso sea como pedirle al sol que salga por poniente.
Y lo que pasaría ya lo estamos viendo: el Gobierno se endeuda para pagar las pensiones, los partidos arrastran los pies para ponerse de acuerdo y los agentes económicos y sociales parecen actuar bajo el principio de no hacer hoy lo que puedes dejar para mañana o pasado. Hace falta un acuerdo integral bien articulado sobre pensiones y es urgente. Un acuerdo que, entre otros aspectos centrales, debe pasar por mejorar los salarios y la calidad del empleo, acabar con el paro juvenil, adecuar la cuantía al coste de la vida revirtiendo las injustas reformas del PP y tomar en consideración el galopante envejecimiento de la población. Todo ello con el fin primero y central de garantizar un sistema de pensiones público, solidario y universal, frente a los lobos que no ven el momento de que se les deje el campo completamente libre para imponer la ley de la selva bajo la que sólo tendrían pensiones quienes se las pudieran pagar.