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Segundo y último volumen de esta obra. Mi duda al acabar el primer volumen era si cambiarían los personajes, dejando así un final completamente abierto o si continuaría y en este caso me ha alegrado que haya sido esto último.
Capítulo a capítulo mantiene la calidad del volumen anterior y nos muestra temas de la época (finales de los ’60, principio de los ’70) como la crisis del petróleo, aunque sin ahondar mucho.
El profesor Tatsugaura sigue en su línea de carcamal sin aceptar opiniones de las nuevas generaciones profesionales. Conocemos un poco más a Urabe y a sor Helen, también a Izumi que para mí es, sin duda, uno de los personajes que más sufren las consecuencias de todo lo que va pasando.
Que no os engañen los Tanuki. No es una historia infantil ni la típica de fantasía sobrenatural.
Osamu Tezuka escribe una historia dura, cruda, sin embellecedores y con frases que invitan a la reflexión. Te invitan a pensar en por qué la humanidad es así, por qué pueden llegar a rechazar a alguien simplemente por ser físicamente diferente. El dibujo también tiene mucha importancia a la hora de transmitir. Hay viñetas tan poderosas y claras y directas que no necesitan palabras. Y todo esto me ha encantado. Una parte del final no me ha entusiasmado tanto pero lo perdono por cómo se han ido desarrollando los acontecimientos.
Puntuación: 7/10
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Archivado en: opinión Tagged: 2016, cómic, libros, manga, novela gráfica, Oda a Kirihito, Osamu Tezuka