Odessa y el mar negro. viaje a ucrania, día 6

Por Trotaburgos @trotaburgos

Hoy intentamos recuperar fuerzas y nos levantamos a las 8:30 horas. Desayuno, aseo y a la calle. No sabemos muy bien que hacer. Eso si, acabaremos el día en el Mar Negro como ayer. Nos encanto el lugar.

Decidimos patear la ciudad por otra parte diferente a lo del otro día. Cogemos el tranvía 28 y nos bajamos una parada después del Mac Donald's, junto al mercado Privoz. Callejeamos entre los puestos callejeros. Siempre es una buena experiencia recorrer estos lugares. Puedes encontrar casi cualquier cosa.

El tranvía va por una calle de tierra, a ambos lados los vendedores ambulantes intentan vender algo. Pocos turistas vemos en Odessa, pero por aquí somos los únicos. Algunos matan las horas jugando al ajedrez, algo muy típico de este país.

Pasamos junto al Zoo, pero no entramos. Cuesta 200 grivnas por persona. Justo después atravesamos unos arcos y entramos en un parque.

Odessa está lleno de parques, bastante bien cuidados. Con el calor que hace, se agradece tener un rato de sombra.

Lo atravesamos y continuamos por una calle de casas bajas tipo barriada. La dirección que llevamos es buscar el lugar donde poder ver las catacumbas. Hemos visto algo a través de google, pero tampoco sabemos el punto exacto.

Vamos andando bajo un sol de justicia sin un rumbo claro. Vemos en un pequeño parque una iglesia, entramos pero sin más.

CATACUMBAS

Aquí ya empezamos a preguntar y hay gente que parece no haberlo ni oído. Vemos a dos señoras, preguntamos con ayuda del traductor y una muy amablemente nos indica más o menos. Continuamos la búsqueda. Entramos en un super a comprar una coca cola, estamos deshidratados. Casi cuando creemos estar, preguntamos otra vez y esta vez, si que si. El lugar se llama Museum "Secrets of Underground Odessa". Así es como viene en google y si pincháis en el enlace os lleva a su web. Viene un mapa con la ubicación.

HISTORIA

Odessa tiene el sistema de galerías o catacumbas más grande del planeta. Entre 2.500 y 3.000 kilómetros de túneles excavados en piedra caliza. Si estos túneles formaran una línea recta desde la ciudad hacia el oeste, podríamos volver a Burgos a través de ellos. Todo empezó en el siglo XIX cuando empezaron a extraer masivamente grandes bloques de piedra de las canteras de la ciudad para construir edificios. Durante la Segunda Guerra Mundial fueron utilizadas por grupos de soviéticos que boicotearon y espiaron a los nazis durante la ocupación alemana de la ciudad y tras la guerra las catacumbas pasaron a ser refugio de rebeldes, criminales y contrabandistas.

Hay un grupo en la puerta y preguntamos. El tour de dos horas para los dos en inglés son 1500 UAH y en ruso son 900UAH. Nos parece muy caro para no entender nada y hacer alguna foto. Y ahora que?

Decidimos ir hacia el City Garden. Pasamos un monumento con una tanqueta, en el que hay tres grupos de colegiales poniendo flores.

Seguimos caminando un rato y parece que ya tenemos hambre, así que, decidimos comer y luego seguir. Entramos en un par de sitios y no tienen carta en inglés, nos vamos. En el tercero, tampoco está en inglés pero tienen fotos, así que, nos vamos a arriesgar.

Comemos en un restaurante que se llama Akyla y está en Tyraspolska Street 23. Tiene buena pinta y comemos en una terraza cubierta. Está todo en Ucraniano, aunque la carta tiene algunas fotos y por ellas nos decidimos. Nos traen un recipiente con una especie de sartén con patas y con brasas en la parte de abajo. Es un revuelto de pollo con verduras, muy rico.

También nos traen en una sartén de hierro como unos filetes rusos en forma de croquetas gigantes con tortilla y tomate natural asado, también muy rico. Pedimos 2 cervezas de medio litro y pan.

Pagamos 265 UAH por todo. A reseñar que el pan cuesta lo mismo que la cerveza y no es el pan que comemos en España ni mucho menos. La camarera muy maja y ha hecho para que nos entendiéramos.

Salimos otra vez al asfixiante calor. Andamos buscando la sombra. Al rato, vemos un "Freshline", y decidimos tomarnos un café e ir al baño. Tomamos dos capuchinos, 52 UAH. El sitio muy agradable, los vasos de los cafés son un gato y un perro. Aprovecho esta puntualización para comentar que Ucrania es el país de los gatos. Hay muchísimos por todas partes. Se les ve bien alimentados. Y como no, muchas clínicas veterinarias también.

Seguimos caminando y vemos a gente asomada en una terraza, arriba en lo alto de un edificio, que parece un centro comercial, Kadorr. Pensamos en las vistas que habrá desde allí, así que, entramos y subimos hasta la octava planta. Nada más salir del ascensor, el segurata ya nos mira mal, pero no hacemos caso. Nos vamos directos a la terraza que es un bar. Hacemos fotos, pues las vistas merecen la pena.

Cuando vamos a dar más vuelta, viene el tío y nos dice que no podemos estar con la ropa que llevamos. El tío quiere que nos vayamos y no sabe como. Con las mismas nos vamos.

Llegamos a la famosa Calle Derybasivska y decidimos seguir hacia la Ópera. Cerca, nos metemos por un portal que va a dar a un patio con bares y terrazas. Encontramos una boda, y es que el banquete lo están haciendo en unas mesas corridas en mitad de un parque. Y justo llegamos en el momento en el que la novia va a tirar el ramo a las solteras.

Llegamos a la Ópera y vemos a varias parejas de recién casados haciéndose las fotos. Será típico fotografiarse aquí.

Varias limusinas aparcadas en doble fila esperan en los alrededores.

Entramos al museo de arqueología, no nos parece interesante y nos vamos. Seguimos hasta un parque muy grande con vistas al puerto que empieza en el Consulado de China.

Vamos disfrutando del paseo y de los monumentos que vamos encontrando. Algunos memoriales, como un obelisco al marinero desconocido, o una pequeña fortaleza. Hay algún punto panorámico desde el que ver el puerto. Hay muchísimos contenedores. Aquí vemos la importancia que tiene este puerto.

También una pequeña torre a la que casi nos obliga a entrar el señor que lo cuida, es gratuito nos dice, y entramos un momento. Hay pequeños objetos que parecen haber sido encontrados en el mar. Fotos y carteles, pero todo está en Ucraniano. Beatriz deja una breve reseña en el libro de visitas. Lo mejor de todo es el radiocasete con música que hay fuera...

Morimos de sed, así que, nos paramos en un puesto de calle, pedimos dos cañas y nos sentamos en la terraza un buen rato. Tienen camarones y mucho pescado en salazón. La señora nos da a probar los camarones y calamares en salazón.

De ahí, bajamos al paseo marítimo. Lo primero que vemos es el "Delfinario". Está a tope de gente, hay mucho ambiente. Fuentes de suelo, donde la gente está haciéndose fotos y nosotros no íbamos a ser menos. Hasta una despedida de solteras....

Por muchas partes de la ciudad vemos esculturas muy curiosas. La verdad es que la ciudad respira cultura.

Pasamos por el restaurante donde cenamos ayer y después vemos un columpio para fotito que no vimos ayer.

Y seguimos paseando. Se nota que el verano está acabando, no se ve mucha gente. Hay restaurantes que ya están cerrados y otros empiezan a recoger todo. Aún así todavía se ve ambientillo. Uno de los restaurante que vemos parece sacado de un cuento de princesas, todo es rosa. Y también tiene un columpio para hacerse fotos, este dentro del agua.

Disfrutamos de las últimas luces del día viendo a unos pescadores lanzando sus cañas a las aguas del Mar Negro.

Cuando llegamos casi al final, damos la vuelta para buscar algo para cenar. Encontramos un puesto de perritos y es lo que cenamos. 40 UAH cada uno. El pan esta crujiente y viene con pepinillos, zanahoria y lechuga. Muy ricos.

Cogemos una coca cola fría para llevar, 30 UAH y nos vamos a la habitación. Menuda subida hay, llegamos sin aliento.

Saludos viajeros.