Revista Viajes

Odessa y las escaleras potemkin. viaje a ucrania, día 7

Por Trotaburgos @trotaburgos

Hoy nos tomaremos el día de relax, ya que el no haber billetes de tren nos ha obligado a pasar un día más aquí en Odessa. Volvemos a visitar las Escaleras Potemkin entre otras cosas.

Nos levantamos a las 8:30 horas con tranquilidad. Preparamos el desayuno y las cosas que todos hacemos por las mañanas. Mientras miramos por internet que podríamos hacer, pero no encontramos nada. Solo algunas sinagogas y una mezquita que no hemos visto. Apuntamos todo y sobre las 10:00 horas salimos a la calle.

Hace ya bastante calor. Vamos callejeando, siempre buscando calles y/o avenidas por las que no hallamos pasado.

En 10 minutos llegamos a la Gran Sinagoga en la Calle Osypova 21, hay una carpa delante de la puerta y gente en ella. No nos ponen buena cara al vernos y salimos. La fachada no sobresale por nada, solo una estrella de David que queda tapada por la carpa.

Con las mismas vamos a buscar otra sinagoga a ver si hay mas suerte. Hay edificios que nos van llamando la atención, bien por sus fachadas, bien por escaleras o por entradas a los patios.

Todas las casas tienen entrada de carruajes y dentro grandes patios donde se distribuyen los portales y los garajes. Solo en los edificios modernos vemos portales en la calle. Y las entradas de carruajes tienen el sistema en las puertas de números, que pulsando la combinación adecuada abre con el sistema de imán.

Patios, hemos entrado a unos cuantos pero no dicen gran cosa.

Llegamos a la otra sinagoga en la Calle Rishelievska 30-34, y el edificio al menos exteriormente, es bonito.

Nos acercamos a la puerta donde hay niños y niñas y algunos adultos todos bastante bien vestidos. También 3 personas de seguridad. Al acercarnos nos dicen que no podemos entrar. Una niña nos dice en inglés algo así como que hoy es su día de fiesta y no podemos visitar la sinagoga. Caemos en que es sábado, el día festivo de los judíos.

Callejeamos hasta llegar a la mezquita en la Calle Rishelievska 47. La fachada es inconfundible, aunque no se ve muy bien con los árboles. Está cerrada y solo la vemos por fuera.

Muy cerquita hay otro punto de visita a las catacumbas, en la Calle Velyka Arnauts`ka 56. Según la app estamos en el lugar pero no lo vemos. Preguntamos a un chico y nos señala una verja blanca pero está cerrada. Que posiblemente abra más tarde. (Más tarde hemos buscado esa dirección web en internet y no existe nada.)

Nos vamos caminando hasta la estación de autobuses, que no está muy lejos. La idea es cogernos el tranvía 27 para bajar hasta el sur de la ciudad y ver otro puerto. Justo al lado de la Estación de Autobuses hay un nudo de tranvías.

El número 27 se coge aquí, al igual que el 3 que es el que va hasta la zona de la Catedral. Hay que tener cuidado a la hora de coger el 3 porque pasan el de ida y el de vuelta por aquí y en la misma dirección. Lo mejor es preguntar.

Esperamos como 20 minutos y no hay rastro del 27. Se va haciendo tarde y no sabemos tampoco lo que tardará en llegar hasta el final, pero viendo la distancia que hay, será por lo menos una hora. Desistimos y cambiamos de planes. Nos vamos a dar una vuelta por el centro y ver de nuevo las Escaleras Potemkin. Cogemos el tranvía número 3. Justo cuando estamos subiendo llega el 27, pero ya no lo cogemos. El nuestro viene hasta los topes de gente. Esperamos a que baje la mayoría para subir. Cuando lo hacemos parece que aún queda gente por bajar y alguna señora nos dice algo. Son "tan amables" que parece que les estés matando... el conductor también nos dice algo por llevar las mochilas pequeñas, en fin, que tanta amabilidad nos supera...

L a mayoría de los conductores de tranvía son mujeres y casi todos llevan también una cobradora casi siempre también mujer. Este que acabamos de coger es de los pocos que conduce un hombre y no hay cobrador. Nadie se escaquea de pagar, es una pasada lo honrados que son.

Con la app sabemos donde tenemos que bajarnos y en poco más de 10 minutos estamos en la Catedral. Es la hora de comer y cerca tenemos un restaurante de la cadena Puzata Khata. Como el que estuvimos cenando el primer día en Kiev.

Está en la Calle Derybasivska al lado del Mc Donalds. Vemos el cartel del Restaurante Puzata Khata característico, redondo con el fondo rojo y las letras blancas. Realmente el restaurante está dentro del centro comercial en la última planta. Es muy grande y tiene muchas mesas.

Es self service y todo tiene precio. Aunque si no entiendes este idioma te da igual porque pone varios precios, por ejemplo tienes 4 clases de sopas pero como no sabes cual es cuál pues.... así que pon esa misma. Y mejor no preguntes que es eso o aquello, porque te bufan que no veas. Carácter ucraniano...

Cogemos sopa, pasta y salmón en papillote Bea y yo salchicha con puré de patata. Con unas cocacolas y pan pagamos 311 UAH.

Nos sentamos junto al ventanal y tenemos entre otras vistas, la cúpula de la Ópera. Todo muy rico pero demasiada comida.

Salimos y nos vamos en dirección a las Escaleras Potemkin. En la Calle Derybasivska vemos ponys y algún caballo para pasear a los turistas. De verdad que más horteras no pueden ser, fijaros como visten a los ponys, uno de ellos lleva hasta un cuerno de unicornio.

Pasamos por el City Garden, hay música en directo. Callejeando hasta la plaza donde está la estatua de Catalina II. En uno de los puestos de café callejeros compramos 2 capuccinos y nos los tomamos sentados en el Bulevar Primorsky. Observamos a la gente pasar. Nos está llamando especialmente la atención el postureo sobre todo de las adolescentes. Constantemente haciéndose millones de selfies o fotos unas a otras, poniendo mil y un morritos. Es una pasada, nos estaremos haciendo mayores....

Bajamos al parque que hay al lado, entre el bulevar y las Escaleras Potemkin, es el Parque Griego. Llamado así por unas figuras griegas que hay.

Unas enormes banderas de Ucrania, Odessa, Grecia y Europa adornan toda una pared. El parque como todos, muy bien cuidado.

Lo más bonito una fuente de una cara de mujer. Donde todo el mundo se hace fotos. y nosotros no íbamos a ser menos.

Salimos a la mitad de la escalinata Potemkin. El sol le pega bien y subimos sin prisas, disfrutando del lugar. Grupos con guías explicando la historia y gente por todas partes.

Recorremos el Bulevar Primorsky hasta llegar al Palacio Vorontsov. Es del siglo XIX en estilo neo clásico. Vemos salir gente y nos asomamos, es una pena que esté tan deteriorado, aunque parece que lo están rehabilitando.

Las personas que salen son músicos, le echamos morro y entramos. Rodeamos hasta llegar a la entrada principal. Aquí ya nos dicen que no podemos pasar.

Salimos y vamos al otro lado donde está La Colonnade. Es una continuación del Palacio anterior y es uno de los símbolos de Odessa. Fue construida en 1826.

Esta en obras, aún así hago la foto típica con uno de los leones de piedra que hay delante.

Cruzamos la pasarela y continuamos rodeando hasta la Estatua de Orange, que fue quien salvó la ciudad en el siglo XVIII. La verdad es que no nos dice mucho. Y el edificio que hay enfrente nos llama la atención que solo un piso está pintado de forma distinta al resto, con la bandera de Ucrania.

Seguimos caminando hasta llegar a la Catedral. En el parque que hay junto a ella hay un grupo tocando y gente bailando.

Cerca, en unas mesas permanentes, hay hombres jugando al ajedrez y a las damas.

Se va haciendo la hora de ir yendo al apartamento a por las mochilas. Vamos caminando, siempre por la sombra, por calles que no hemos andado. Entramos en un super a comprar pan para hacernos unos bocatas para cenar y unas cervezas fresquitas para bebernos ahora.

A las 18:00 horas llegamos al apartamento bastante cansados. Al final, como todos los días hemos hecho un montón de kilómetros andando. Nos damos y una ducha y nos relajamos un rato.

Tras preparar los bocatas y hacer las mochilas, a las 20:30 horas nos despedimos y vamos hasta la parada del tranvía. Cogemos el 28 hasta la Estación de Trenes.

Entramos en la estación y vemos que está a tope de gente. Los pocos bancos que hay están ocupados. Nos sentamos en el suelo con las mochilas a esperar. Son las 20:45 horas y hasta las 22:05 horas no sale nuestro tren.

Observamos para ver que hacen las personas. Mirando el billete y todo lo que tenemos a nuestro alrededor empezamos a entender todo.

Bea necesita un baño y se va a buscarlo. Al cabo de 10 minutos vuelve sin hallarlo. Voy yo a ver si tengo más suerte. Pregunto a una chica de ls estación y borde es decir poco. De verdad, que no es que no se no se molesten, es que parece que les sienta mal el solo hecho de preguntar.

Al llegar donde esta Beatriz veo que ya han puesto el andén de nuestro tren, está en el número 5. Nuestro vagón es el 8. Llegamos hasta él y enseñamos los billetes al revisor. Hay revisor en todos los vagones. Entramos, aún faltan 45 minutos para salir. Decir que la puntualidad es absoluta, es una pasada, si pone que sale a y 17, sale a y 17.

Decir que hemos comprado billetes para ir en segunda clase. Nos quedamos alucinados con todo lo que tenemos. Los compartimentos son de 4 camas, 2 arriba y 2 abajo. Levantando las camas de abajo hay un compartimento grande para meter el equipaje, que si bajas la cama, queda totalmente cerrado. Todas las camas tienen luz y enchufe. Hasta un indicador luminoso de si está o no ocupados los wc. Repisas para dejar cosas y perchas para colgar vestidos largos o abrigos. Y en el apartado de menaje, tenemos una bolsa precintada con funda de almohada, sábana bajera, sábana para taparte y toalla. En otro lado un colchón para poner encima, una almohada y un edredón. Además la puerta del compartimento se cierra por dentro por lo que la seguridad es total. Nada que ver con India u otros países donde hemos cogido trenes.

Junto a los aseos, que por cierto tienen hasta papel, hay máquinas de café que cuestan 15 grivnas. Solo aceptan billetes de 1, 2, 5 y 10 UAH.

Nuestros compañeros de compartimento son un chico que casi no vemos y una señora bastante petarda, borde y antipática. Pasa el revisor y nos pide los billetes y se los lleva. A las 22:05 horas el tren se empieza a mover. Sacamos los bocatas y cenamos.

Tenemos unos 620 km. y 10 horas por delante de viaje.

Saludos viajeros.

ODESSA Y LAS ESCALERAS POTEMKIN. VIAJE A UCRANIA, DÍA 7

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