Odiaba a los niños

Publicado el 30 agosto 2010 por Sfer
La bibliotecaria en la que espero NO convertirme JAMÁS:
- ¿Podría usted recomendarme un libro adecuado para una niña?
- ¿De qué edad?
- De once años.
Todas las semanas Francie hacía la misma solicitud y cada vez la señorita formulaba esa misma pregunta. Un nombre escrito en una tarjeta no significaba nada para ella, y como nunca había mirado la cara de la chiquilla, no conocía a la pequeña que solicitaba un libro al día y dos el sábado. Cómo le habría gustado a Francie una sonrisa, un comentario amistoso. ¡La habrían hecho tan feliz! Pero la bibliotecaria tenía otras preocupaciones, y además odiaba a los niños.
Francie tembló de curiosidad mientras la mujer estiraba el brazo debajo del escritorio. Fue leyendo el título a medida que el libro aparecía lentamente: Si yo fuera rey, de McCarthy. ¡Maravilloso! La semana anterior le había tocado Beverly de Graustark, y el mismo dos semanas atrás. El libro de McCarthy se lo había llevado sólo dos veces. La bibliotecaria recomendaba siempre esos dos libros; quizá eran los únicos que conocía, o figuraban en alguna lista de libros recomendables, o bien los consideraba apropiados para una niña de once años.

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Fragmento de Un árbol crece en Brooklyn, de Betty Smith.