Oesterheld - La Conciencia De La Intemperie (2018)

Publicado el 14 mayo 2019 por Moebius
Ya los presentamos con "Psicosis de un Mundo Esquemático" del 2016. La banda oriunda de Chivilcoy (Provincia de Buenos Aires) desplegando un pop rock muy ecléctico y experimental, donde la lírica es tan importante como la música, y donde los chicos tienen mucho por decir. Más experimental, con sonidos más nuestros, más jugado, más cercanos a la música de Spinetta de los ochentas y ritmos latinoamericanos, Oesterheld nuevamente da que hablar en el blog cabezón. Otro de los grandes discos del under que teníamos listos para reseñar desde hace mucho tiempo, un trabajo comprometido, elegante y a la vez sutil, representado muy bien por el arte gráfico de la tapa. Un pop rock cálido, elaborado, personal, con mucho clima y toques folk, y sobretodo hecho con mucha conciencia y mucho amor. Así aterriza otra vez Oesterheld al blog cabezón!
Artista: Oesterheld
Álbum: La Conciencia De La Intemperie
Año: 2018
Género: Pop rock / Rock ecléctico
Duración: 36:21
Nacionalidad: Argentina
A fines de 1976, Héctor Oesterheld, el creador "El Eternauta", fue detenido y llevado a Campo de Mayo, luego de ahí trasladado al Vesubio, donde nunca más apareció. "Otra vez con eso de pensar y hablar" parece ser un texto salido de sus historietas, pero no. La frase pertenece a "Blanco y Negro", pista número siete de “La conciencia de la intemperie”. Oesterheld es una banda joven de música popular que combina un poco de todo y donde se abren a todos los géneros ya desde la misma composición; en su música convergen el rock progresivo, el candombe, el tango, el blues, el jazz, y otros estilos, y con líricas que tratan de contar y cantar lo que nos pasa a todos, y de ahí los títulos de los álbums y de los temas, y como no, también el mismo nombre de la banda.
“La conciencia de la intemperie” es el tercer disco de estudio de Oesterheld, la banda oriunda de Chivilcoy que vuelve al ruedo con una propuesta cautivadora desde el segundo uno. La nueva placa ofrece una metódica mirada sobre la sociedad actual, con sus neurosis cotidianas, pero también históricas, de arrastre casi fundacional de nuestro país.
En lo musical Oesterheld recorre, nuevamente, diversos caminos que se juntan en un punto y generan algo realmente portentoso. Como en sus dos primeros discos, (“Ausencia” y “Psicosis de un mundo esquemático”), hay una fuerte fusión del progresivo, de sintetizadores bien al frente, con ritmos rioplatenses. Sin embargo, este Oesterheld suena diferente al que grabó aquellas dos placas. Hay matices singulares e interesantes: rock entrelazado con jazz y -varios- toques tangueros. Sin embargo, tras toda esa compleja estructura musical, de esa orgía de géneros, de percusiones analógicas y digitales, se imponen melodías simples y claras, como en “La cuestión de quién te esperará”, el track ocho. La inclusión y protagonismo de la inconfundible máquina de ritmos de Roland es, sin duda, uno de los grandes aciertos.
El disco está atravesado por un concepto, que se puede notar a lo largo de todas las líricas. El concepto del engaño, de la mentira, de las caretas que no terminan de caer. Casi como una decepción, una desazón inentendible. Las malas prácticas pero también la ilusión rota de los que alguna vez confiaron, o todavía lo siguen haciendo. Sin embargo, a esa inquietud, ese desagrado, esa pesadumbre de la realidad que se traza en las letras, la música equilibra como un mensaje de esperanza.
Escuchar “La conciencia de la intemperie” es un recorrido que disfrutarán aquellos que buscan nuevas propuestas, canciones jugadas, composiciones que no tienen miedo y que siempre buscan un poquito más allá.
De Chivilcoy
Gran trabajo que los invito a escuchar y disfrutar... felicitaciones a los chicos de Oesterheld!

En 2017 se cumplieron 40 años de la desaparición forzada del genial historietista y 60 de la publicación del primer episodio de "El Eternauta". Muchas veces las voces oprimidas encuentran una salida en el arte. Salen a la luz. Poéticamente y musicalmente también se puede expresar un momento histórico, como este, o también hechos pasados. Los Oesterheld no se hacen los boludo con todo lo que está pasando, ni creen en eso de que "no hay que mezclar el arte con la política", que en realidad van de la mano, siempre van de la mano, como siempr lo decimos en el blog cabezón.
El nombre de "Oesterheld" tiene que ver con un compromiso. Es una gran responsabilidad. Lo hemos hablado con el nieto de Héctor Oesterheld. Al momento de componer, te tira una presión el nombre. Pero nos fuimos acostumbrando a eso, y ya no hay forma de despegarse. Nos hacemos cargo de eso. Además, siempre lo estoy leyendo. Es un artista que fue desaparecido por su arte, y qué mejor que hacerle un homenaje hoy y mantenerlo vivo.
Oesterheld
Este es un disco muy influenciado musicalmente por Charly García y el Flaco Spinetta como dos pilares fundamentales, pero donde también podemos encontrar sonoridades cercanas a Fito Páez o Radiohead. En este disco le suman un nuevo matiz desde la programación de ritmos.
Otra vez con eso de pensar y hablar. La frase pertenece a “Blanco y Negro”, pista número siete de “La conciencia de la intemperie”, el nuevo disco de Oesterheld. Pensar y hablar, una posición muy poco utilizada en ese orden específico, pero cansinamente reproducida en el orden inverso. Afortunadamente, “La conciencia…” forma parte del primer grupo. El tercer disco de la banda chivilcoyana ofrece una metódica mirada sobre la sociedad actual, con sus neurosis cotidianas, pero también históricas, de arrastre casi fundacional de nuestro país. Mientras escribo esto lo estoy escuchando, completo, por cuarta vez. Tratando de prestar atención a detalles, a patrones que se sucedan en los temas, me dio la temprana sensación de que es un disco que oficia como termómetro social. Pero en realidad, vuelvo a repensar, no es un termómetro ni mide temperatura: lo que marca, puntualmente, es el swing de la calle. Es una síntesis, una percepción fina, sobre el sentir popular.
En lo musical Oesterheld recorre, nuevamente, diversos caminos que se juntan en un punto y generan algo realmente portentoso. Como en “Ausencia” y “Psicosis de un mundo esquemático”, hay una fuerte fusión del progresivo, de sintetizadores bien al frente, con ritmos rioplatenses. Sin embargo, este Oesterheld suena diferente al que grabó aquellas dos placas. Hay matices singulares e interesantes: rock entrelazado con jazz y -varios- toques tangueros, pero con cortes y sonidos que remontan por momentos a facetas de Spinetta solista, como el de “Mondo di cromo”. Sin embargo, tras toda esa compleja estructura musical, de esa orgía de géneros, de percusiones analógicas y digitales, se imponen melodías simples y claras, como en “La cuestión de quién te esperará”, el track ocho. La inclusión y protagonismo de la inconfundible máquina de ritmos de Roland es, sin duda, uno de los grandes aciertos de “La conciencia de la intemperie”. Como curiosidad, Oesterheld agregó en este tercer trabajo canciones casi meramente acústicas, algo a lo que no nos tenían acostumbrados en estudio.
El disco está atravesado por un concepto, que se puede notar a lo largo de todas las líricas. El concepto del engaño, de la mentira, de las caretas que no terminan de caer. Casi como una decepción, una desazón inentendible. Las malas prácticas pero también la ilusión rota de los que alguna vez confiaron, o todavía lo siguen haciendo. Ese, tal vez, sea el “Ilusorio Velo”, título de la canción número tres: el compositor Nicolás Muchiut carga claramente contra la mentira organizada y escupe su molestia por eso. “Enmascarada de verdad, la más oscura realidad, nos hundirá en el Paraná”, dice, y sigue: “Aparecen, sin avisar, fantasmas que traman entramados clandestinos / estrategias que te atrapan y obnubilan en la somnolencia / hoy no se oye nada más allá de sus palabras / te constriñen contra sí”. Hoy no se escucha nada más allá de sus palabras es seguramente la bronca de la “verdad” única, de la construcción de un relato que ha calado hondo en el inconsciente colectivo de mucha (muchísima) gente. Claramente, el disco no escapa prácticamente en ningún momento al contexto que atraviesa al país. Pero el “secreto” está en que no solo se traducen los hechos, sino también los sentires, la palabra de los de abajo sin interlocutores de pantalla.
Sin embargo, a esa inquietud, ese desagrado, esa pesadumbre de la realidad que se traza en las letras, la música equilibra como un mensaje de esperanza. La música que acompaña a las palabras (o mejor dicho, al revés), pretende en muchos casos que tengas que mover indefectiblemente el cuerpo. La cabeza yendo de un lado a otro, haciendo un loop como gesto de aprobación y buena sensación, indicando en un simple movimiento “qué bueno está lo que hicieron”. En la balanza, entonces, está un presente durísimo, de sensaciones grises, pero también aquel mensaje de que “Mañana es mejor”, de que la tormenta puede pasar en cualquier momento. Pero ojo, porque también hay varias referencias de que la tormenta no pasa sola, sino que es parte de la construcción (y deconstrucción) de la conciencia individual y colectiva. El esfuerzo de identificar quién es quién en el juego, ubicando a cada uno en el lado del tablero al que corresponde, no es fácil pero es imprescindible para ese futuro.
“La conciencia de la intemperie” marca el swing de la calle y pinta de manera solemne un cuadro de situación, como aquellos viejos discos que ya gastamos de tanto escuchar, que aportaban análisis desde el arte a los momentos más difíciles de la Argentina. Una tarea tan ardua como noble. No son pocos los ciudadanos que sienten hoy en día, en su pecho, una mezcla de sensaciones similares a las que ofrece el disco, y que cada vez, en esa misma calle, se van encontrando (y reencontrando) más. Oesterheld acaba de lanzar una síntesis sin fisuras de realidad poética y música fresca que va a dar que hablar. Porque mientras en los suburbios sigan sonando candombes, no nos podrán callar.
Juanme Blaoitta
Hay muchos ritmos irregulares sobre melodías que no son demasiado complejas, logrando melodías claras sobre un fondo complejo. Bastantes ritmos sintetizados, un rock bien armado, lindas canciones, buenas melodías, con un toque de jazz rock mientras el juego de piano, teclados y sintetizadores logra el protagonismo acompa;adp por las líneas del bajo. Felicitaciones otra vez a los chicos de Oesterheld, la verdad que se merecen que se conozca más su trabajo.
Y les pido disculpas pública por haber tardado tanto es este humilde comentario.
Lista de Temas:
1. El bobo y el voluntario
2. La casa
3. Ilusorio velo
4. En medio del ruido
5. Nunca fui
6. Quizás detrás de ti
7. Blanco y negro
8. Roman
9. La cuestión de quien te esperara
10. En el mar
Alineación:
- Maximiliano Cardiello / Saxo
- Diego Stratta / Bajo
- Juan Lavigna / Guitarra
- Nicolás Muchiut / Teclado y voz
- Julián Muchiut / Batería
- Santiago Carafí / Teclado
Invitados:
Marie Chintalo / voz en 2 y saxo en 10
Mariano Rositto / tambores en 1
Lalo Ruffini / trompeta en 1 y 7
Lucio Consolo / voz en 9
Omar Stacchiotti / guitarra eléctrica en 8, guitarra acústica en 4
Nicolas Benaghi / bajo fretless en 5 y 6, bajo acústico en 4, guitarras acústicas en 3 y 5
Diego Rolon / producción de guitarras 1, 2 y 10