Desirée Ruiz es Licenciada en Derecho y profesora de Formación y Orientación Laboral en un Instituto de Educación Secundaria. He tenido la suerte de conocerla por las redes sociales, compartiendo la lectura como afición, entre otras cosas. Un día me desveló que escribía, y me ofreció la posibilidad de leer "Ofelia descalza". Por supuesto, no me puede negar, y aquí estoy con mis impresiones.
Marcela, nuestra protagonista, es una mujer que , pese a tener todos los ingredientes para llevar una vida relativamente cómoda y feliz, se siente mediocre y permanentemente insatisfecha. Tiene una relación que no es la que quiere tener, siente que su mundo es pequeño, insignificante, absurdo, y que su vida es un burdo transcurrir de los días. Por eso, al tener conocimiento de que su hermano Jaime, un fotógrafo solitario y viajero, ha muerto en un accidente, Marcela cae en un un abismo del que no cree poder salir. Cuando, tras el fallecimiento, entra por primera vez en su estudio, descubre la existencia de un lienzo inacabado de un desnudo femenino sin rostro, con una enigmática nota que deja al descubierto una intensa historia de amor frustrado de la que nada sabía hasta entonces.
Acompañada de Victoria, su mejor amiga, Marcela empezará a investigar, a tirar del hilo, sintiendo que es útil y que su vida tiene sentido. Comenzará a darse cuenta de que no conocía realmente a su hermano, y que su carácter solitario e inaccesible respondía a una serie de dramáticos acontecimientos de su infancia que ella ignoraba...
Estamos ante una historia de vidas trágicas que se cruzan en algún momento. Con un prólogo maravilloso que bien podría dar pie a otra novela, comienza una historia donde se mezclan distintos ingredientes: traición, engaño, muerte y trágicos errores; pero también encontraremos personas bondadosas y dispares, amor y amistad en estado puro. Pese a que la novela está impregnada de misterio, no tiene el rítmo típico del género. Es un ritmo pausado (esta es, quizá, mi única pega), con diálogos que hacen que no llegue a hacerse lenta la historia. Y es que, el objetivo principal de la novela no es resolver los misterios que van surgiendo, pues muy pronto vamos intuyendo y conociendo qué ha pasado, sino acompañar a los personajes, especialmente a Marcela y Victoria, en el descubrimiento de sí mismas, y es que al margen de la edad que tengamos, una persona nunca deja de conocerse.
Una historia escrita de una forma delicada, cuidada e incluso poética, con un bonito homenaje a la Ofelia de Millais no solo en el título, sino en la novela en diferentes momentos, entre otras cosas, al guardar cierto paralelismo con nuestra protagonista. Hay que seguir los pasos de Desirée. La cosa promete.