Juan Pablo Toledo
Dentro del súbito auge de noticias en torno a las criptomonedas, la cadena de bloques y el Bitcoin, ¿cómo es visualizado el Petro desde las grandes medios de información? ¿Desconfianza o temor en su probable efectividad?Ahora atacan al bolívar porque la gente está comprando criptomonedasEl argumento central de la campaña de desprestigio en contra del bolívar, y ahora en contra del Petro, parece consistir en proyectar los problemas del dólar en la inflación, la falta de respaldo, la emisión descontrolada, la falta de capacidad de ahorro y su relación intrínseca con las crisis asociadas a la deuda. Además también se salta el hecho de que en tiempos recientes el Congreso de los EEUU aumenta su límite de endeudamiento cada año para evitar quedar en default, al menos en el papel. Es como si usted tuviera la oportunidad de manejar el límite de su tarjeta de crédito de forma indefinida: obviamente nunca la llenaría, y las cuotas mensuales las podría pagar con crédito de esa misma tarjeta. Pero resulta que Venezula es la que está en “default selectivo” según las calificadoras de riesgo Standard & Poor’s y Fitch. Quieren dar la sensación de que el Gobierno nacional no sabe lo que hace y toma medidas desesperadas. A pesar de que el Petro surge en medio de una guerra económica voraz, la realidad es que el auge de las criptomonedas en el mundo va en franco ascenso desde la crisis crediticia de 2008, en la que los bancos, el gobierno estadounidense y las calificadoras de riesgo, dejaron en la calle desahuciadas a muchas familias. Hoy son exactamente los mismos actores los que realizan un bloqueo en contra de nuestro país. La desconfianza en el sistema monetario mundial que provocó EEUU y su política económica, impulsó la creación de un mecanismo de intercambio libre del dominio de los bancos y de dicho gobierno, es decir, una moneda que no puede ser dominada por EEUU y el sistema financiero global. Según un artículo de Foreign Policy, parece que más allá de existir un temor al Petro y al Criptorrublo por parte de los principales bancos y desde EEUU, están más preocupados por la popularización de la tecnología de la “cadena de bloques”. Comentan que actualmente incluso compañías privadas están usando la tecnología subyecente en las criptomonedas para muchas operaciones de comercio, aun cuando siguen usando monedas tradicionales. De esta forma se “saltan” la necesidad de usar intermediarios, abaratan costos, no recurren a instrumentos de pago como SWIFT y además llevan sus registros fuera del sistema tradicional. Esas capacidades que ya están en uso por parte de empresas privadas transnacionales son muy atractivas, y son justo la razón principal para que se elija la “cadena de bloques” como base del Petro. La mayor preocupación de los actores tradicionales es esa: que sus controles ya no sean efectivos por que nadie estaría interesado en usar sus canales y servicios. También atacan al bolívar porque la gente está comprando criptomonedas y otros activos para evadir la devaluación, pero la realidad es que en todo el planeta está sucendiendo lo mismo: las políticas recientes de pauperización laboral e inflación en gran parte de Europa y EEUU han hecho que las personas recurran a las criptomonedas para ahorrar. Aún sabiendo que aquí en Venezuela el fenómeno de devaluación inducida es mucho más marcado, no deja de estar dentro del “espíritu de la época”, aunque en este caso las políticas que generaron esas condiciones hayan sido impuestas desde fuera del país. Mientras los ataques siguen llegando desde medios locales e internacionales por igual, la sensación general entre la población es de expectativa más que de derrota. Desde la publicación del Libro Blanco del Petro, en las redes sociales se comenzó a hablar con fuerza de la preventa y de las posibilidades de adquirir Petros en las casas de cambio digital dentro del mercado secundario en bolívares. Desde fuera del país la cosa no es diferente: los inversionistas particulares no dudarán en invertir en un criptoactivo que está limitado a 100 millones de unidades y tiene como respaldo 5 mil millones de barriles de petróleo, además que se venderá con descuento a los primeros que lleguen
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