Una noche J.S. Bach se encontraba de visita a su hijo en la corte de Federico el Grande, rey de Prusia. Al enterarse Federico de la presencia de Bach, dejó todo lo que hacía y mandó invitar al viejo Bach a presentarse en palacio. A J.S. Bach no le habia dado tiempo ni de cambiar su vestimenta de viaje por el atuendo negro qu usan lo músicos por lo que toda su presentación estuvo acompañada de toda clase de disculpas.
Aquella noche, el rey invitó a Bach a probar los fortepianos, hechos por Silbermann, que tenía en varios salones del palacio. Seguido de sus músicos, el rey recorrió todos los salones, invitando a Bach a probar cada uno de los pianos y a tocar en ellos alguna improvisación. Después de probar así varios pianos, Bach le pidió al rey un tema para una fuga, ofreciéndose a ejecutarla de inmediato, sin preparación alguna. El rey quedó admirado de la manera tan sabia de cómo su tema pasó de repente a ser una fuga; y, probablemente para ver hasta dónde podía llegar ese arte, expresó el deseo de oir una fuga a seis voces obligadas (improvisar una fuga a seis voces puede compararse con jugar con los ojos vendados sesenta partidas simultáneas de ajedrez , y ganarlas todas). Pero como no cualquier tema se presta para una armonía tan rica, Bach mismo eligió uno, y al punto, con gran asombro de todos los presentes, lo desarrolló de la misma sabia y magnifica manera como anteriormente había desarrollado el tema del rey. Su Majestad dijo finalmente que le gustaría oirle tocar el órgano.
Así pues, al día siguiente Bach fue llevado a probar todos los órganos de Sansouci, tal como antes habìa sido llevado a probar todos los pianos de Silbermann. De regreso en Leipzig (hogar de Bach), trabajó sobre el tema inventado por el rey y escribió piezas a tres y a seis voces, añadió varios pasajes artificiosos en forma estricta de canon, mandó granar la obra con el título de "Musikalisches Opfer" (Ofrenda Musical), y se la dedicó al inventor (Federico). [Video en YouTube]
[vía Johann Nikolaus Forkel]