Una de las tendencias que últimamente hace ruído es la que podríamos llamar la de Comida Sana. Partiendo de esa base, ¿es realmente una moda o se le ha cambiado el nombre y es cualquiera con sentido común que se preocupe de su salud?. ¿Llegaremos a tomar conciencia para tener una alimentación sana y equilibrada y lo asimilaremos como hábito? ¿Será una consecuencia del “perverso marketing” que nos hace tambalear nuestros principios más sólidos?. Sea cual sea la causa de esta corriente, no podemos negar que existe y que parece tener más adeptos cada día. Esto se manifiesta en que muchos restaurantes se preocupan de ofrecer alternativas para poder comer fuera de casa con la información suficiente para, si eres muy estricto, poder hacerlo sin alterar tu dieta.
Vamos a hablar de uno de estos restaurantes: Oh Bo Orgànic Café. En la calle Dr. Fleming, 15. Un local diáfano, con una buena terraza ofrece una carta muy estudiada y diseñada a conciencia para encontrar desayunos, comidas, zumos, aperitivos, pasteles, meriendas, infusiones, cenas y casi cualquier cosa que nos pueda apetecer. Su horario de apertura al público es prácticamente todo el día, de ahí la diversidad que podemos encontrar. Hemos ido en más de una ocasión ya está cerca de unos cines a los que solemos ir.
Sus creaciones están elaboradas con productos ecológicos y de temporada, siguiendo la filosofía Slow Food y la nueva forma de vida que mucha gente está adquiriendo o, en cualquier caso, intentándolo. Platos para vegetarianos o celíacos y con toda la información nutricional, que aunque se supone que esto hoy por hoy es algo que deberíamos encontrar en todos los restaurantes, Oh Bo Orgànic café se adelantó. También ofrece Batidos de verduras (ahora llamados Smoothies verdes) y zumos naturales para ser fieles a su política naturista: estudiadas combinaciones que aporten una buena carga de nutrientes diseñados por una naturópata con efectos antiedad, energéticos, reconstituyentes… elaborados con los llamados Superalimentos???? ( a esto me refería con las modas…)
Pero vamos a dejar de lado las modernidades porque independientemente de todo esto, la verdad es que se come y se bebe bien, todo hay que decirlo.
Picoteamos de varios platos, algo informal. Empezamos con una degustación de guacamole, hummus y baba ganush, acompañados con pan de pita.
Un trio vicioso, de estos que sin darte cuenta vas mojando el pan sin pausa. Ganadores: la pareja del hummus y el baba ganush. El guacamole lo podría dejar de lado, no porque estuviera malo, la verdad es que los tres eran muy sabrosos, pero ante los otros dos, perdía posiciones. Es cierto que es una cuestión de gustos, y el guacamole es algo que me parece insulso. Podría prescindir de él, pero aquí y en cualquier otro sitio.
Continuamos con uno de sus platos más vistosos: el
tartar de salmón salvaje con aguacate, manzana y jengibre. Un tartar muy muy untuoso, de buena textura y con un punto exótico que lo hacía suave al paladar. No estaba excesivamente cargado de especies, se apreciaba el
salmón tanto en el sabor, suavizado por la manzana, como en los trozos, siendo generosos en tamaño. Me gustó bastante, os recomiendo que lo pidáis. Además, como siempre en las presentaciones en timbal, bastante más cantidad de la que en principio aparenta. Tenedlo presente.
Focaccia con Tomate Cherry, Anchoas, Olivas y Queso fresco servida como si fuera un montadito fue otra de las cosas que degustamos. Bien yo sin el queso claro. No tenía nada especial, salvo que el pan, en vez de ser normal era focaccia. El resto correcto, buen producto y fresco. Un buen bocado para quitar el hambre o para acompañar una cerveza y empezar a hacer gana si lo tomas como aperitivo.
Continuamos con un par de ensaladas. Una de Quinoa, ese cereal tan nombrado últimamente por su alta aportación proteica. Zanahoria, pistachos, uvas pasas y menta acompañaban a la Quinoa haciendo un completísimo plato. Tenía buen tamaño, pero es que cunde mucho de por si!. La otra ensalada que compartimos era de pollo. Pero pollo de corral con un toque asiático. Según la carta, marinado al estilo japonés. No puedo deciros exactamente en que consistía, pero es cierto que tenía el sabor típico de la comida asiática y la textura era diferente. Muy buena y también muy recomendable. Cualquiera de las dos podría servir como plato único, ya que la mezcla de ingredientes era saciante.
Un surtido que nos sirvió para probar el Roast Beef con salsa tártara y chip de yuca, el pastel de puerros con queso de cabra y ceps y la lasaña casera de verduras. De los dos últimos no puedo opinar. Los dos llevaban queso y en la suficiente cantidad para no pasar desapercibido a mi paladar. El Roast Beef era sabroso y estaba servido como fiambre. Al parecer, está hecho con carne de vacuno ecológica de la Pobla de Segur. Me gustó, la verdad sea dicha, aunque no es una elaboración de mis preferidas. Normalmente la encuentro un poco insulsa, pero con la salsa tártara quedaba bastante bueno. Respecto al pastel de puerros, solo puedo decir que su aspecto era muy apetecible, igual que la lasaña, en la que se aprecia una buena cantidad de verduras. Por los comentarios, todo estaba bastante correcto, aunque sobró comida, a estas alturas las ensaladas ya hacían su efecto.
Y ya que íbamos de sanos y no nos queríamos saltar el postre, escogimos algo que fuera en la misma línea: un postre que podría ser por sí solo un desayuno (de hecho para mi lo es casi a diario) o una buena merienda.
Yogur con Muesli y granada. No me cansaría de comerlo. Quizá no es lo que suela pedirse para cerrar una comida, sobre todo por los cereales, pero no hay nada mejor para quitarse el deseo de algo dulce que un yogur con fruta. Es una de las mejores formas de no aportar unas calorías innecesarias a una comida (la repostería, ya se sabe, te tira por tierra cualquier esfuerzo pero ¿quién se resiste?) pero es único para tener la sensación de haber hecho una comida sin privarte de nada y, además, sin remordimientos de conciencia!.
Oh Bo Orgànic Café lleva abierto desde el verano pasado. ¿Se mantendrá o será víctima de una moda pasajera?. Esperamos que no sea esto último. Primero porque sería bueno que tomáramos conciencia y nos educáramos “nutricionalmente” hablando y restaurantes como este nos ayudan. Y, segundo, porque independientemente de que sigas una dieta más o menos sana o de que seas más o menos rígido, no deja de ser un local con una amplísima oferta a cualquier hora del día y con buen producto que tampoco deberíamos rechazar. Es una alternativa más a tener en cuenta como un restaurante para todos los públicos.
No tiene un menú, solo la carta, por lo que el precio de una comida puede variar mucho, ya que puedes ir desde un montadito hasta un buen primero, segundo y postre. Calculad para esta comida unos 20 Euros por persona, la compartimos entre 4 y salimos satisfechos, aunque como siempre en el tema carta, dependerá de lo que pidáis. Pensad que no tomamos vino, ya que íbamos de sanos… comimos con agua. Ya sabéis que el vino siempre encarece. En cualquier caso, tenéis los precios de la carta al principio, para que os hagáis una idea. No son desorbitados. Lo que si hacen son unos menús especiales llamados Packs de cine que se mueven alrededor de los 15 Euros con primero, segundo y bebida que tiene su atractivo, pensados para llenarse el estómago a la salida de la sesión, si es que las palomitas os han dejado sitio ;-(