JUDY KING: You are a straight, white man. You don't get to be the victim, sweetie.
Desde sus inicios, Orange is the New Black ha destacado por la diversidad de sus personajes femeninos y por tratar algunos temas polémicos de maneras accesibles, aunque no siempre exitosas. En su cuarta temporada, decidieron hablar de una problemática social bastante relevante en la actualidad: el racismo, la impunidad en el asesinato de minorías, y el movimiento Black Lives Matter. Esto, por supuesto, generó controversia tan pronto se estrenó el pasado mes de junio.
Durante los 13 episodios que componen esta nueva entrega, el racismo estuvo presente de muchas maneras: insultos de los oficiales a las reclusas, insultos de las reclusas a otras reclusas, e incluso la formación de un grupo nazi, pero la culminación de todo este tema viene con la trágica muerte de Poussey a manos de uno de los guardias de seguridad durante una protesta pacífica en el comedor del centro penitenciario.
El yuxtaponer los flashbacks de Poussey y Bailey en estos últimos dos episodios nos hace crear un vínculo entre ellos. Nuevamente, esto no es accidental ni coincidental, sino enteramente intencional: tanto Poussey como Bailey fueron detenidos por posesión de drogas; sin embargo, mientras ella recibió una condena de más de 6 años, él salió libre, lo cual ilustra el denominado white privilege. En tanto, la muerte accidental de Poussey fue a consecuencia de toda una cadena de acciones, que terminó en esa trágica situación. Tanto ella como él son víctimas (de diferentes formas) del mismo racismo sistémico en la sociedad.
Matthew Weiner ( Mad Men), director del episodio, explicó en una entrevista que el hecho debe sentirse como un accidente, pero el punto de todo es que, en realidad, no lo es: todo es producto tanto de la deshumanización de las internas con el cambio de administración de la prisión como del racismo de los oficiales a cargo y de las mismas reclusas. Es un área gris, es complejo, y aunque comprendo la frustración que puede provocar al posiblemente percibirse como "victimización del agresor", defiendo y aplaudo el riesgo tomado por los escritores, aunque su ejecución tal vez no haya sido la mejor.
Finalmente, su opinión ignora lo sucedido al término del último episodio, y que me parece importante detallar: Caputo, intentando solucionar la situación, desobedece a sus superiores y cambia su discurso para absolver a Bailey, pero no menciona a Poussey. Esta injusticia, con la que primeramente reacciona Taystee, logra lo que en toda la temporada parecía imposible: que todos, independientemente de su color, etnicidad, sexualidad, edad o ideología, por fin se unan contra el enemigo en común: el sistema opresor y la inepta autoridad.
OITNB: Black Lives Matter y el racismo sistémico en EU