Por eso tienen más valor novelas como ésta, Antonio Marchal-Sabater ha roto el velo de indecisión para hablar del suceso de Oiz, que en 1985 llevó al desastre a un avión, en las inmediaciones de Bilbao, un accidente, o eso dice la versión oficial, en el que desaparecieron muchos nombres significativos tanto de la política como de la sociedad vasca. Fue de las mayores tragedias ocurridas en nuestros aeropuertos, y son demasiadas las incógnitas que pesan sobre ella, tanto por las características del supuesto accidente como por ciertos hechos ocurridos después, como el detalle de que el Mossad israelí retirase y se apoderase de algunos restos del avión siniestrado.
Con un estilo fluido y certero, el autor arma su novela en torno a tres líneas argumentales: las andanzas de un comando de ETA que busca perpetrar el mayor atentado de su historia, la intención de los grupos ultraderechistas de acabar con la corona y la cúpula militar, y el terrorismo internacional de la mano del archiconocido Ilich Ramírez, alias Carlos, alias Chacal, capaz de suministrarle a la banda vasca lo que precisa.
En esa encrucijada de tramas encontramos a Arturo Ferro, un guardia civil asignado al CESID, que tendrá que intentar frenar lo que podría ser una gran tragedia. Hay que agradecerle a Antonio Marchal-Sabater que haya puesto por escrito sus recuerdos y su experiencia, lo que le da a la novela el aire y la calidad que atesora.
Oiz 1985. La sombra de la sospecha. Antonio Marchal-Sabater.Editorial: Nausícaä. Murcia 2016. 218 págs. 14’50 euros.(LA VERDAD, "ABABOL", 26/11/2016)