Ojalá volvamos a votar en tres meses

Publicado el 23 diciembre 2015 por Vigilis @vigilis
Yo entiendo que hay argumentos razonables para defender una gran coalición. No sólo existe mucha experiencia en España de gobiernos de coalición, sino que además en nuestra principal fuente de legislación —el Parlamento Europeo— los votos coincidentes de nuestros grandes partidos son la norma, no la excepción.

Si se cruza los Pirineos y se va hacia la medrosa y pusilánime Francia e incluso más allá, hacia las tierras donde el Sol es oscuro como las almas de los herejes que contempla, los gobiernos nacionales de coalición son también la norma. Y no hablo de gobiernos de varios partidos pero de la misma familia política, sino de gobiernos de partidos de diferente familia política.
Por alguna razón desconocida esa gente no se tira los trastos a la cabeza (o sí lo hace, pero no trasciende). Básicamente los sistemas de partidos de nuestros vecinos están formados por cuatro bloques políticos (que a su vez tienen su reflejo en el Parlamento Europeo): los cristiano-demócratas o conservadores, los socialdemócratas o laboristas, los reformistas o liberal-demócratas y los ecologistas o retardocomunistas. Hay que notar que la mayoría de los países europeos son un puñado de ciudades y las casitas que hay en el medio, pero los países normales también tienen gobiernos de coalición. Estos gobiernos los encontramos en países que son de mayoría católica y de mayoría protestante. No hay por lo tanto un criterio claro para decir dónde se dan estos gobiernos y dónde no.
Somero e impreciso repaso:
  • Austria: gobiernan en coalición el Partido Popular y el Partido Socialdemócrata. Pese a que la anterior coalición de estos partidos sacó menos votos en las precedentes elecciones, los dos se comprometieron a no dejar gobernar a los populistas (Alianza para el Futuro y Partido de la Libertad). Y como no sumaban para gobernar ninguno en solitario, lo hacen juntos. 
  • Bélgica: políticamente Bélgica no es un ejemplo válido para nadie, nunca. En 2010 votaron y en su congreso aparecieron 11 partidos, ninguno con más del 20% de los votos y estuvieron casi dos años negociando la formación del gobierno (no hay plazos como en España). Ahora les gobierna una sopa de siglas en las que predominan los flamencos de centro derecha, quedando los valones de izquierda como oposición (estas no son barreras estrictas).
  • Bulgaria: gobiernan dos partidos de centro derecha y un nuevo partido de izquierdas escindido de los socialistas. O al menos eso creen los búlgaros.
  • Croacia: hace poco hubo elecciones. Hay dos coaliciones (derecha e izquierda) y un tercer partido de centro que ha decidido no apoyar a nadie "hasta que vea reformas".
  • Chipre: después de que la crisis bancaria se llevara por delante al anterior gobierno comunista, ahora gobierna una coalición de dos partidos de centro derecha.
  • Chequia: gobiernan socialdemócratas (dos partidos), populares y liberales.
  • Dinamarca: en este reino sorprendentemente gobiernan en minoría los liberales (los gobiernos solían ser de coalición), con el apoyo puntual de los partidos de centro derecha de la Cámara.
  • Estonia: gobiernan juntos socialdemócratas y liberales.
  • Finlandia: en la horrible Finlandia gobiernan juntos la derecha, los liberales y los populistas.
  • Francia: en el consejo de ministros tenemos a los socialistas y algún miembro del Partido de la Izquierda Radical, que si lo dices en francés parece que estás vendiendo una colonia.
  • Alemania: la CDU (CDS) y el SPD.
  • Grecia: comunistas y extrema derecha.
  • Irlanda: coalición de centro derecha y laboristas.
  • Italia: el que más sale en las fotos es el Partido Democrático (socialdemócratas), pero en el gobierno participan ochocientos tíos de 3.000 partidos diferentes. Italia mola.
  • Letonia: en 2009 una turba estuvo a punto de prenderle fuego al Parlamento, después de eso se formó una coalición de cinco partidos en el que encontramos desde ecologistas hasta populares pasando por nacionalistas.
  • Lituania: laboristas y extrema derecha.
  • Luxemburgo: ecologistas, liberales y laboristas.
  • Holanda: liberales y laboristas.
  • Polonia: dos partidos de centro derecha.
  • Portugal: gobiernan los socialistas con el apoyo de dos coaliciones comunistas.
  • Rumanía: creo que en el gobierno están todos los partidos con representación en la cámara. No estoy seguro. No importa.
  • Eslovenia: socialdemócratas, liberales y el partido de los pensionistas (?).
  • Suecia: creo que gobierna el tercer partido en votos y necesita el apoyo de socialistas y ecologistas.
(Se nota que según avanza la lista me voy cansando).

¿Ventajas de una gran coalición en España? Se me ocurren varias: estabilidad de los votos en las cámaras, legislación que saldrá con mayor respaldo multipartidista (actualmente hay cosas que votó el PSOE con el PP y que ahora quiere derogar el PSOE), mensaje de normalidad institucional al exterior (ya que esto es lo más normal para los seres exteriores), un relajamiento del tono en el debate público y la reforzada legitimidad con la que se podrían aprobar las reformas más profundas que espera el sistema.
El caso es que las desventajas de algo así también hay que valorarlas: un gobierno de coalición mal diseñado dejaría la oposición en manos de un cualquiera, un gobierno de coalición suele perjudicar electoralmente al lesser partner, existiría la tentación de que los partidos no se quemaran en reformas importantes y por lo tanto se limitaran a una agenda legislativa poco ambiciosa, se crearía una sensación de enrocamiento ya que los principales partidos de esta coalición representan desequilibradamente a la población (prácticamente a todos los mayores de 60 y sólo a una pequeña parte del resto).
Nuevas elecciones

Yo antes de una gran coalición soy partidario de ir a nuevas elecciones. No sé por qué la gente bufa como los caballos cuando se habla de ir a nuevas elecciones. Las elecciones no son un hastío ni una incomodidad, sino el mecanismo con el que resolvemos estos entuertos. Sé que muchos pensarán que unas nuevas elecciones no van a desenrocar la situación pero yo no lo tengo tan claro. Sí coincido con aquellos que piensan que pueden reforzar a los populistas, pero ya hemos visto de quiénes dependen estos populistas y para quiénes trabajan en realidad. Solamente dos meses después de las elecciones de diciembre, el escenario político y la información disponible ya será diferente.
Cada vez que los buenos decimos que tenemos miedo a unas elecciones, estamos diciendo que los malos no lo tienen. Pero las elecciones son lo nuestro, son lo que nos gusta a quienes entendemos que el vecino pueda tener una opinión diferente. Quienes no entienden esto sólo buscan ganar unas elecciones para que esas sean las últimas elecciones. Somos mejores que esos, y lo que es más importante: somos muchos más.
Reconozco que mi posición puede estar motivada en parte por un desconocimiento del riesgo que sí se encuentra en gente de más experiencia, pero la audacia no debe ser patrimonio de unos pocos. La prudencia es muy buena consejera pero también puede ser paralizante. Como decía Paracelso, el veneno está en la dosis.
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