Oksa Pollock y el descubrimiento de Edefia, de Anne Plichota y Cendrine Wolf

Título: Oksa Pollock y el descubrimiento de Edefia Autoras: Anne Plichota y Cendrine Wolf Editorial: Planeta Año de publicación: 2011Páginas: 650ISBN: 9788408102090
Descubrí este libro en la presentación, donde pude compartir una agradable comida con las autoras, Anne Plichota y Cendrine Wolf, y con otros blogeros. Tengo que reconocer que cuando empecé a leer el libro el 7 de junio lo hice con pocas ganas, segura de que no me iba a gustar y un poco por obligación.
 La editorial me lo había enviado a casa y me había invitado al encuentro con las autoras. Pero estaba convencida de que las 650 páginas iban a ser un suplicio, que no me iban a gustar nada y que se me iban a hacer eternas. Vamos, que me iba a aburrir muchísimo leyendo esta novela juvenil de fantasía. Y todo porque no me gusta este género. O al menos eso creía.
Porque al final las 650 páginas no han sido ningún suplicio. El libro me ha durado sólo una semana. Me ha gustado, me ha enganchado y me ha divertido muchísimo. Incluso las 650 páginas me han sabido a poco y me han dejado con ganas de más, de mucho más. Yo soy la primera sorprendida, pero también estoy encantada de haber disfrutado tanto de esta lectura.
Ahora tengo muchísimas ganas de saber cómo sigue la historia de Oksa y de su familia, porque el libro se acaba cuando la historia está en el momento más interesante y de mayor tensión, con un montón de preguntas sin respuestas y con tramas abiertas a miles de posibilidades... Es lo único malo del libro, que es el primero de una trilogía que, según la intención de las autoras, finalmente crecerá hasta los seis libros. Estoy deseando seguir conociendo las aventuras de la familia Pollock y del destino de Edefia.
Este primer libro nos presenta a Oksa, una joven de 13 años que vive en París junto a sus padres, Pavel y Marie, y su abuela, Dragomira, y que de un día a otro se tiene que mudar a Londres, donde empieza una nueva vida en un colegio privado, el St. Proximus, donde tendrá que verse las caras con un odioso y cruel profesor de Matemáticas que disfruta haciéndoles la vida imposible a sus alumnos, especialmente a Oksa.
Menos mal que ella cuenta con el apoyo de sus nuevos amigos y compañeros de clase y, sobre todo, de Gus, su mejor amigo desde que eran pequeños, ya que Gus y sus padres también se han mudado desde París hasta Londres. Poco a poco, los dos, Oksa y Gus, descubrirán que la familia Pollock no es como las demás y los motivos que les han llevado a Inglaterra.
Me ha gustado la reacción de los dos jóvenes al descubrir todos los secretos de su familia, me ha parecido real, auténtica y verosímil. Les cuesta entenderlo y, sobre todo, creerlo, admitirlo y asimilarlo. Y lo mismo les ocurre a los padres de Oksa, especialmente a Marie, su madre. Tanto ella como Pavel sólo piensan, como cualquier padre, en proteger a su hija, en cuidarla y alejarla de peligros. Sólo quieren que sea una chica normal de 13 años. Pero eso es imposible, por mucho que les duela.
También me ha gustado mucho los intentos que realizan todos por llevar una vida normal, por pasar desapercibidos y no llamar la atención. Tienen que ocultar a toda costa sus poderes para que nadie descubra quiénes son. En definitiva, tienen que agarrarse a su presente, a la realidad, pero sin olvidar su pasado mágico y sin perder la esperanza de un futuro en Edefia, su país, su tierra.
Una tierra que todos los miembros de la familia, los que la conocieron y los que no, añoran. En este sentido, más que a unos superhéroes o a unos magos la familia Pollock me ha recordado a un grupo de exiliados que sólo piensan en hacer todo lo posible para volver a su tierra, su hogar, a pesar de los años que han pasado desde que se vieron obligados a abandonarla después de un golpe de Estado.
La única forma de volver a Edefia, un país mágico e invisible escondido en algún lugar de la Tierra que, por ahora, no saben cuál es, es a través de Oksa, que desde que apareció en su ombligo una extraña marca de una estrella de ocho puntas se ha convertido en la Inesperada y la futura Magnífica de Edefia.
Pero para volver a Edefia tanto Oksa como su familia tendrán que esforzarse y luchar mucho y enfrentarse a alguien que no imaginan... Porque ellos no son los únicos con poderes ni los únicos que quieren volver a Edefia... Pero ellos al menos están unidos, son como una piña, todos están en el mismo barco, y eso es lo que más me ha gustado, que cada miembro de la familia aporta algo para lograr ese objetivo.
Por supuesto, no me olvido de la parte fantástica de la historia, que también me ha encantado. Los poderes de Oksa, su padre, su abuela, su tío-abuelo, los amigos de Dragomira... y, sobre todo, las criaturas mágicas que llenan el taller de su abuela. Me han parecido seres encantadores, entrañables, divertidos, a los que se les coge muchísimo cariño, especialmente los foldingots. Pero lo mismo ocurre con todos los miembros de la familia Pollock. Una familia que intenta compaginar su vida mágica con su vida real y que lucha con todas sus fuerzas por volver a su país, por no olvidarlo, aunque muchos de sus recuerdos sean dolorosos. Menos mal que los poderes de Oksa y, sobre todo, su alegría, su risa, su desenfado, su jovialidad, su energía y su locura siempre están ahí para darles ánimos y recordarles quiénes son, de dónde vienen y, ante todo, a dónde quieren volver.