Yo ya sabía de la existencia de esta singular iglesia pero su recuerdo se alojaba en lo más recóndito de mi memoria, y eso que mi memoria tiene infinitos recovecos.
¡Me muero de ganas de ir a ver esta curiosa catedral del skate y admirarla en vivo y en directo!
La verdad es que este artista es súper original combinando formas geométricas con caras humanas. Algunos de sus pilares son el surrealismo pop y la contradicción de su obra, contradicción que nos obliga a pensar sobre la propia existencia, el universo y la falsa libertad del capitalismo. Pero lo que más me gusta es que apuesta por el street art, por pintar y colorear edificios tristes y antiguos, y convertirlos de nuevo jóvenes edificios atractivos a la vista de todo el mundo. Porque cuando ves un edificio, casa, vagón de tren o una simple pared coloreada de arte, pues mola mucho.
Se debería potenciar muchísimo más este arte, aunque hay que decir que es un arte que va sin prisa pero sin pausa, porque no por mucho madrugar amanece más temprano.
¡No le perdáis la pista a esta joven figura del street art! Podéis cotillearle en su página web y en su instagram y comprobar que su obra se extiende por todo el mundo, desde la India, otra iglesia en Marruecos, Bulgaria....y así un largo etcétera.