Oldies But Goldies: Sugar – Copper Blue

Por Homeboy

Estaba totalmente convencido de que ya había puesto este disco en la nueva etapa del blog – en los años de blogspot si que cayó -, pero tras mirarlo varias veces,  me he dado cuenta de que no. Y es que lo tenia un poco olvidado hasta hace unas semanas que me compré la edición en vinilo que sacaron el año pasado. Además, es un disco perfecto para esta sección que la tenia bastante olvidada.

El primer trabajo de Sugar llegó en el momento justo, allá por 1992 en pleno auge del rock alternativo; con los Pixies recién separados, y una nueva hornada de grupos de indie-rock dispuestos a comerse el mundo. Evidentemente, Bob Mould – el artífice y creador de todas estas canciones – ya conocía de sobra la escena independiente y como manejaban el asunto las discográficas más grandes de su país por sus años como guitarrista de Hüsker Dü: la seminal banda de punk-rock que fue uno de los precursores de todo esto que hoy conocemos como alternativo, y una notable influencia en una buena ristra de bandas de los noventa.

No deja de ser cierto que Bob Mould se fue a lo fácil con este disco – y con esta banda -. ya que al fin y al cabo lo único que hizo fue dotar a su música de un toque más pop y melódico – algo que por otra parte ya se dejaba ver en muchos discos de Hüsker Dü -.  Desde luego, la jugada no le pudo salir mejor, ya que se convirtió en uno de los mejores discos de los noventa, y en una gran influencia para  gente como Paul Banks de Interpol o Ben Gibbard de Death Cab For Cutie.

Copper Blue prácticamente es una biblia del indie-rock americano, y un disco obligado para todo el que sea fan de esta música. Aquí no faltan las guitarras afiladas y ruidosas; las buenas melodías, y los estribillos contagiosos, que son los ingredientes esenciales para una buena canción de este palo. Y es que al de New York le salio uno de esos discos que solo salen una vez en la vida, ya que el resto de su posterior carrera está bastante bien, pero no llega a ser tan grande como estas diez canciones – sobre todo el desvarió electrónico de los últimos años -.

Como en casi todos los discos, siempre hay un tema estrella que sobresale sobre el resto, y aquí es If I Can’t Change Your Mind: este es uno de esos temas en lo que todo es perfecto; tiene una letra maravillosa – que se lo pregunten a J Planetas que casi la calcó en su  Brigitte -, y la melodía que saca con esas aceleradas guitarras acústicas, es una joya. A mí es un tema que siempre me pone de buen humor y me da buen rollo, aunque no es que sea una canción muy alegre.

Evidentemente hay mucho más, ahí están las tremendas A Good Idea – aquí el homenaje lo hace Bob Mould, ya que suena al Debaser por todos los lados -, Changes con sus pegadizas guitarras cristalinas o Hepless, otro de los grandes éxitos de la banda. Y es que curiosamente, tuvieron mucho reconocimiento en Reino Unido, y este disco fue top 1o, además de disco del año para el NME. También se puede destacar la crudeza de The Act We Act o temas más pausados y menos agresivos como Hoover Dam – aquí mete unos teclados en primer plano que me encantan – o Slick. Vamos, que no tiene desperdicio.

Por cierto, al parecer está haciendo una gira por el 20 aniversario de este trabajo, y los primeros días de Junio está por Europa. Señores del Primavera Sound, un concierto de este hombre el miércoles 31 no estaría nada mal.

9

Advertisement