Olmos y Robles

Publicado el 09 noviembre 2015 por Belldandy @belldandy_18
Aunque aún tengo pendiente las entradas del Salón (número indeterminado), no quiero dejar pasar más tiempo sin hacer la reseña de esta serie española, que acabó ya hace un par de semanas, porque preveo que se me va a ir el santo al cielo y se va a quedar sin escribir. No sería la primera vez que me pasa algo así y no quiero.

Hacía tiempo que no veía nada en TVE (aunque tengo pendiente la tan alabada El Ministerio del Tiempo) ya que, en cuanto a ficción, ninguna de sus series me llamaba la atención. Pero ésta sí lo hizo a falta de algo mejor que ver los martes por la noche: comedia mezclada con serie de casos, una combinación con posibilidades y con un buen reparto. De momento, no parece estar confirmada una segunda temporada, lo que sería una pena.

Argumento

Sebastián Olmos es un caótico, extravagante y campechano cabo de Seguridad Ciudadana de la Guardia Civil que trabaja en el cuartel de su localidad natal, Ezcaray, un pequeño pueblo de La Rioja.

Agustín Robles es un teniente del Grupo de Acción Rápida (GAR), una de las unidades más prestigiosas de la Guardia Civil, un agente eficiente, frío, serio y distante.

Pocos días antes de que la Guardia Civil pierda su cuartel en el tranquilo pueblo de Ezcaray por los recortes, un ruso que vive cerca del pueblo es decapitado, siguiendo un patrón que se ha repetido varias veces en el resto del mundo. Robles, que lleva tiempo detrás del asesino, llega al pueblo para investigar, y el guardia Olmos lo ayudará a descubrir la verdad. Ambos se verán obligados a trabajar juntos, pero son dos polos opuestos que no parecen capaces de adaptarse el uno al otro. Así comienza una trama de intriga con referencias a la leyenda castellana de "Los siete infantes de Lara", que no tendrá un punto y final inmediato.
Reseña

Pongamos por delante que es prácticamente imposible tomarse en serio el caso principal, que arranca en el primer capítulo y deja miguitas de pan hasta el desenlace, o cualquiera de los casos del resto de capítulos. También cuesta ver a un actor cubano con un acento muy marcado que intentan disfrazar de canario para disimular. Hay muchas cosas difíciles de aceptar tal cual son, pero la serie consiguió que pasáramos unas noches entretenidos en casa, con la sonrisa en la cara casi todo el tiempo y con algunos momentos más intensos bien llevados. Si no se espera una obra maestra, sólo pasar el rato, puede ser una buena opción.Algo a agradecer en los casos es que no fuesen sólo asesinatos sino que se incluyesen tramas de tráfico de arte o de animales. En un pueblo tan pequeño no habría sido creíble un homicidio semanal. Aunque la imagen que se da de la Guardia Civil es bastante cómica llegando incluso a la parodia o al ridículo, se aprecia que han realizado la serie en colaboración con ésta para documentarse y, al final, acaba siendo un homenaje muy humano a los agentes de este cuerpo.

Otro buen punto sería una muy bien llevada evolución de los dos protagonistas. Está muy vista la dualidad que representan con un Olmos bonachón, algo torpe pero inteligente; y Robles, frío, serio y muy bueno en su trabajo. Tan distintos que son y tan mal que se llevan al principio, van mejorando poco a poco su relación hasta acabar siendo auténticos amigos y compañeros. Para lo corta que ha sido la serie, con sólo ocho capítulos, el progreso ha resultado algo apresurado, pero creíble.

Por otra parte, se veía un importante esfuerzo en establecer una relación con la zona donde transcurre la acción, tanto por reflejar la imagen de un pueblo rural pequeño, donde todo el mundo se conoce, como por los magníficos escenarios y detalles de las tramas que enlazaban con los espacios y los habitantes del pueblo. Quizás los mejores momentos de la serie sean los cotidianos entre secundarios como Cata (Ana Morgade), dueña de un bar y hotel con un olfato casi sobrenatural, el alcalde (Alex O'Dogherty), un politicucho pomposo con extrañas mascotas a las que diseca cuando mueren, o Domi (Asunción Balaguer), la adorable e inteligente abuela de Olmos.

Pero no todos los secundarios son para echar cohetes. Isa, una mujer con ciertos problemas que regresa al pueblo de su niñez y la parejita joven, que nada más conocerse ya se gustan, no me han terminado de convencer. Serían lo más flojo de la serie, la verdad. La otra pega estaría en las dudas que deja al acabar, tanto por la salud de un personaje que acaba malherido como por nuevos hilos argumentales de los que tirar y que, si hay segunda temporada no suponen un problema pero si no la hay, resultará otro caso similar al de Forever.

En fin, poco más que decir. Aunque tiene algunas escenas algo más crudas, por lo general es una serie amable, para ver en familia, simpática y con sus puntillos de intriga. No es una serie para tomarse en serio, hay que ponerse a verla con la idea de pasar un rato entretenido sin más vuelta de hoja.