Olmsted point: secuoyas

Por Orlando Tunnermann


Salimos hacia el impresionante Yosemite Valley. A través del precioso Tioga Pass, con un idílico fondo de montañas nevadas, subimos unos 3300 metrosentre pinares y lagos. Me maravilla tanto el lago como la zona escindida por el río Tolumne. Encuentro un mirador de lo más “aprovechable” en Olmsted Point, rumbo a los bosques cuasi novelescos de las titánicas secuoyas.

Estos árboles, de altura inabarcable y talle de matrona hipertrófica, contienen en su corteza ácido tánico, lo cual los convierte en seres vivientes ignífugos. Longevos como Matusalén, pueden vivir hasta 3 milenios. Me encuentro en Tamarack Flat, y voy en pos de las secuoyas cruzando Tolumne Grove.


Todavía me queda un kilómetro de caminata para llegar hasta la célebre secuoya cuyo tronco está horadado en la base, creando un pasadizo como de cuento de hadas. Concluye esta jornada con una caminata, varios grados por encima de delectable, en torno al río Merced, en Yosemite Valley o “Valle maravilloso de osos”. Me da la bienvenida, o se despide de mí, un paisaje canadiense de cedros altísimos, fondo de montañas y cataratas.